El equipo de Bahía barrió al de Varela, sumó su sexto triunfo al hilo y mira la punta. Pareció inmune al conflicto que terminó con dos jugadores echados. Será posible que un equipo pueda ganar seis partidos en fila, tres de ellos como visitante, en un torneo como la B Nacional? 'Podría hacerlo con paliza incluida, tras un arranque sin goles a favor y con apenas un punto en cuatro fechas? 'Lo lograría en una semana brava, que incluyó el corte de dos jugadores, uno de ellos el capitán del grupo, por decisión del cuerpo técnico?
Parece que sí. Se puede. Este Olimpo lo está logrando de la mano de Daniel Florit, el mismo que allá por el mes de junio casi consigue el milagro de mantener al club en la A con una tremenda seguidilla de buenos resultados (sumó 15 de 24 puntos), cuando todavía llegaba a las prácticas en bicicleta y daba sus primeros pasos como entrenador del fútbol profesional tras casi dos décadas trabajando con las Divisiones Inferiores.
¡Y cómo no se va a poder! Si no que lo digan esos diez mil hinchas que deliraron en las tribunas, soñando con un regreso fulminante como el de hace dos temporadas, en aquella escuadra que tenía a Leonardo Madelón en el banco y a Ismael Blanco haciendo goles de todos los colores para ganar Apertura y Clausura y ascender al galope.
Claro que éste es otro equipo. Plagado de pibes con poca experiencia pero mucho hambre de gloria, capaces de contagiarse entre sí y seguir sumando de a tres en el final de una semana muy difícil. Es que el martes pasado el plantel decidió no entrenarse porque aún no cobraron agosto, en una determinación que cayó como una bomba en la habitual tranquilidad de Bahía, cuyas esquirlas dejaron heridos de gravedad: el viernes, el técnico decidió separar del plantel a Sebastián Carrizo y a Jorge Martínez, aunque la situacón del Negro es distinta y podría ser indultado (ver "Fue la semana...").
Este Olimpo con ocho jugadores de su cantera entre los 11 titulares, algo que jamás se había visto por estas tierras, ayer dio otra muestra de que la limpieza no es sólo dentro del grupo, sino también en la cancha. Ayer barrió a Defensa y Justicia. 'Los secretos? La movilidad de mitad de cancha hacia delante, con Robles y Scalco combinando velocidad y precisión, el lunguito Litre bancando lo que le tiren y un par de carrileros que llegan hasta el fondo pero también vuelven, como Ricci y Villanueva. Por si esto fuera poco, un arquero confiable, centrales que son una garantía y dos jugadores que marcan la diferencia. Uno en el medio, Rogelio Martínez, gladiador veterano de mil batallas, símbolo del club con bandera propia, adoptado como un bahiense más desde que llegó para jugar regionales hace una década. El otro arriba, Mauro Olivi, hoy por hoy en el podio de los mejores jugadores de la categoría y con varias ofertas de equipos de Primera en el último receso. Prefirió quedarse apostando a romperla en estos seis meses antes de pegar el salto y le está saliendo bien: es figura consagrada en el club y también en este torneo.
Y hay más de este sorprendente Olimpo. Triangulando y llegando seguido hasta el fondo con la pelota a ras del suelo, metiendo goles exquisitos con definiciones llenas de clase en jugada o de pelota parada, demoliendo rivales y haciendo cinco goles por primera vez en más de diez años. Un equipo que ya se le anima a cualquiera y que, mientras busca lamerse las heridas internas, no para de ganar, gustar y golear. Suma, crece y acecha. 'Será cierto? 'Alguien lo bajará del Olimpo?B. BLANCA (CORRESPONSAL).
Texto y foto www.ole.clarin.com
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