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miércoles, 22 de octubre de 2008

Copa Sudamericana - River Plate (Arg) 1 Chivas (Mex) 2

Los mexicanos ganaron 2-1, en el Monumental, en la ida de los cuartos de final. Arellano y De la Mora marcaron para la visita, mientras que Abreu descontó en el final de penal. Los hinchas pidieron la vuelta de Ortega.

Cuando no sale una, no sale una. River fue mucho más que Chivas en el duelo de ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, transformó al arquero Hernández en la gran figura del encuentro, buscó por todos los caminos la victoria pero otra vez se fue derrotado porque cuando no te sale una... Los de Guadalajara ganaron 2-1, tienen en el bolsillo media clasificación a las semifinales y provocaron el masivo pedido en el Monumental de la vuelta del Burrito Ortega.
El equipo de Simeone creó innumerables situaciones de gol en la etapa inicial. Le llegó a los mexicanos por todos los sectores, Augusto Fernández volvió a parecerse al mediocampista que dejaba el surco por la derecha, Buonanotte desequilibraba por la izquierda y Abreu y Falcao se mostraban siempre peligrosos.
A los tres minutos, River ya había tenido dos muy claras para abrir el marcador: primero Hernández le ganó el mano a mano a Fernández y a la jugada siguiente tapó un cabezazo al primer palo de Tuzzio. La respuesta, mientras la gente empezar a pedir que “transpiren la camiseta”, fue una rápida contra que encontró a Arellano solo ante Ojeda y el delantero definió muy débil a las manos del ex Central.
Después, fue todo del local. Abreu no pudo cabecear luego de un desborde de Fernández, Hernández mandó al córner dos zurdazos de Buonanotte y después se lució ante un cabezazo de Cabral. El empate era injusto, pero al menos servía para que desde la tribuna no bajaran constantes insultos a los jugadores.
Sin embargo, el Monumental explotó en el minuto 44. Santana giró ante la mirada de Tuzzio, tocó hacia atrás, Solís sacó un zurdazo que encontró la respuesta de Ojeda y en el rebote Arellano, completamente solo, la empujó a la red. Desató el festejo de los aztecas y la ira del simpatizante del Millonario, que cerró el primer tiempo con silbidos y al grito de “Ortega, Ortega…”
El equipo golpeado que se observó al irse al vestuario fue el mismo que se vio en el complemento. Ya River se repetía en el centro, Buonanotte no gravitaba, a Falcao le rebotan todas las pelotas y Abreu se debatía con todos los defensores. Hernández no era exigido y los mexicanos esperan agazapados su oportunidad.
Simeone mandó a la cancha a Rosales, Arellano se perdió el segundo en el área chica y recién a los 21 minutos el arquero de Chivas tuvo trabajo luego de un zurdazo desde 30 metros de Abelairas, otro que no se aparece en nada al del equipo campeón del torneo Clausura.
River siguió yendo por inercia, la gente continuó insultando, Hernández se lo sacó a Salcedo y cuando no apareció el arquero lo hizo el travesaño, como en un cabezazo de Abreu. Y, finalmente, la contra que esperaban los de Guadalajara para liquidar el partido -¿y la serie?- llegó: a los 35m se escapó Arellano por la izquierda, mandó el centro y De la Mora superó a Ojeda. Otro festejo visitante que desató otra vez la furia en el Monumental, para que otra vez se escuchara el grito de guerra: “Ortega, Ortega…”
En la última jugada los de Simeone encontraron el gol que tanto buscaron durante los 90 minutos y fue gracias a un error mexicano, debido a que Olvera metió la mano en el área y Abreu descontó de penal. River sumó otro resultado decepcionante y si hoy el Cholo sigue en el cargo quizás mucho tenga que ver la pequeña ilusión que generó el tanto del uruguayo.

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