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sábado, 18 de octubre de 2008

Arsenal 3 Velez 3

Los de Tocalli se pusieron 3-0 en una ráfaga espectacular, pero cometieron errores y los de Garnero, con mucho amor propio, alcanzaron la igualdad. Juan Manuel Martínez, Cristaldo y Zapata marcaron para la visita. Alejandro Gómez (2), la figura de la cancha, y Matellán señalaron las conquistas locales.

Parecía que Vélez lo tenía definido y los atractivos iban a consumirse en el minuto 33 del primer tiempo, cuando Zapata metió un fierrazo de zurda para el 3-0 y coronó la espectacular ráfaga que se había iniciado con el gol de Juan Manuel Martínez, cuatro minutos antes. Pero Arsenal nunca se rindió, reaccionó con un nuevo vendaval y llegó un gol abajo al entretiempo. Lo igualó en la segunda parte, de la mano del Papu Gómez, la figura del partido. La visita lo lamentó y para los locales tuvo sabor a hazaña. Ganó el fútbol, testigo de emociones por doquier e individualidades con brillo en la noche de Sarandí.
No había pasado mucho cuando Cristaldo puso en ridículo a Matellán sobre la derecha y casi pegado a la línea de fondo, habilitó con un pase atrás a Martínez ante la salida de Cuenca y el Burrito colocó el 1-0 con un toque sutil, a los 29. Arsenal no digirió la desventaja y ya estaba dos goles abajo, porque al toque Papa se escapó por izquierda, mandó el centro bajo y Cristaldo, imparable, tocó a la red. Y tres minutos más tarde, Zapata pateó a la salida de un tiro libre, la pelota se desvió en la barrera y descolocó a Cuenca.
¿Todo definido? No, porque Arsenal suele vender muy caras las derrotas en Sarandí. Tenía tiempo para reaccionar y armas para hacerlo. Y lo hizo, en efecto. Apoyado en el talento de Alejandro Gómez, quien provocó el contagio con sus ganas. El colocó el centro para la llegada de Matellán por el segundo palo, el cabezazo del defensor y el descuento, que les dio vida a los de Garnero. Y el esmirriado Papu madrugó a todos a la salida de un tiro de esquina ejecutado por Yacuzzi, cabeceó entre los grandotes de Vélez y renovó las expectativas del equipo de cara al complemento. Para la visita fue un golpe duro.
Así fue que el desarrollo transitó de una definición virtual a reabrirse nuevamente cuestión de unos pocos minutos. Había talento y errores, lo cual garantizaba la extensión de las vibraciones. Se equivocó Vélez y Gómez no perdonó. Montoya despejó con los puños justo a la puerta del área grande, donde el Papu aguardaba para detener la pelota con el pecho y sacar el disparo seco que entró junto al palo izquierdo.
Entonces, Vélez ingresó en una etapa de desánimo y Arsenal ya había conquistado la hazaña. Hubo menos energías y la intensidad del juego disminuyó. El final dejó a Vélez con sabor a derrota y Arsenal celebró como si se tratara de un triunfo.
Texto y foto www.tycsports.com

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