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lunes, 27 de octubre de 2008

Argentino ``B´´ Grupo Universitario (Tandil) 2 Liniers 0

Liniers sigue de capa caída en el torneo Argentino “B”. Hoy sufrió una nueva frustración tras caer por 2-1 en su visita a Grupo Universitario de Tandil, en partido correspondiente a la quinta fecha de la Zona “1”.
El “Chivo”, que con esta derrota ocupa el último lugar en la tabla de posiciones, pudo haberse traido al menos un punto de tierras tandilenses. Aunque Pablo Cerfoglia decretó el éxito local cuando apenas faltaban 2m. para el final.
Previamente, Matías Sepúlveda había abierto el marcador para el conjunto local, mientras que Nicolás Ballesteros, había decretado la igualdad parcial.
Incidentes
Merced al pésimo arbitraje de Mariano Ascensi, de la Liga de Escobar, el encuentro entre Grupo Universitario y Liniers terminó muy caliente, con intercambio de insultos, escupitajos y golpes, además de un enfrentamiento del plantel "chivo" con los policías apostados en zona de vestuarios.
Todo comenzó a los 42 minutos del segundo tiempo, cuando Pablo Cerfoglia anotó el tanto de la victoria y lo dedicó especialmente al banco bahiense, a lo que el árbitro sólo atinó a expulsar al preparador físico visitante (Federico Sabadín), quien reaccionó ante la ofensa del atacante tandilense, y ni siquiera amonestó al artillero tandilense.
El trámite continuó su rumbo y luego de la enorme atajada de Pedro Giannini ante un remate de Juan Blanco que buscaba un ángulo, Gerardo Fibiger fue en búsqueda de ese córner, cuando ya el reloj marcaba el minuto 93, para intentar la hazaña.
Arroyo lanzó el balón al área, Troncoso alcanzó a conectar y el "1" albinegro, en su afán por empujar el esférico, le pegó un planchazo a Laureano Pereyra, quien quedó tendido en el piso. Su colega Giannini aprovechó la ocasión para clavarle los tapones del botín derecho en la zona intercostal ante la mirada de todos.
Sin embargo, y ante el informe del línea Rodrigo Roffe, el árbitro expulsó correctamente a Fibiger, aunque le mostró la roja a Pereyra en vez de Giannini, lo que generó aún más confusión a la escena.
Los ánimos caldeados no fueron sofocados, sino que empeoraron en zona de vestuarios. Camino allí, Hernán Rosell le recriminó a Pablo González un gesto y ya dentro de la manga, Ballestero fue en búsqueda de Pablo Cerfoglia por aquella "dedicatoria" al banco.
Los 20 uniformados en ese sector la tomaron contra los jugadores de Liniers (Rosell fue golpeado por uno de ellos, mientras que el dirigente Juan Pablo Ornella recibió un par de empellones cuando intentaba separar), a quienes empujaron hasta dentro del camarín visitante.
Recién pasados casi 25 minutos de la batahola general, la paz volvió a ambos planteles.
Pero la promesa de que la cosa continuará en Bahía Blanca cuando se juegue la revancha quedó flotando en el estadio General San Martín.
"Vamos a ver si allá hablan tanto como acá", dijo un jugador de los "chivos" poco después de la separación. ¿Seguirá? Ojalá todo quede en una simple
Texto y foto www.lanueva.com

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