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domingo, 12 de agosto de 2012

Finalizaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y comienza la cuenta regresiva para Río De Janeiro 2016

Con Crismanich como abanderado argentino, se realizó la ceremonia de clausura. Actuaron The Who, George Michael, Spice Girls, Muse y Queen, entre otros. También se recordó a John Lennon y Freddie Mercury. Luego fue el turno de la música brasileña, con la presencia de Pelé.                
 
 
La ceremonia de clausura de los Juegos de Londres, al igual que ocurrió en la de inauguración, fue un homenaje al mejor pop-rock británico con la actuación de grandes estrellas como The Who, George Michael, Spice Girls, Muse, Queen, Ray Davies (Kinks), Oasis y Kaiser Chiefs, entre otros.
Con una puesta en escena plena de ritmo y escenarios en constante cambio, los 80.000 espectadores disfrutaron del repaso sin tregua a buena parte de las canciones más destacadas de las últimas décadas de la música británica, internacionalmente reconocida.
El recuerdo a John Lennon fue uno de los momentos memorables de la velada cuando sonó la canción más emblemática en solitario del ex Beatle, Imagine, con una imagen suya en un montaje elaborado expresamente por su viuda Yoko Ono.
Si en la inauguración fue Paul McCartney el que cerró la ceremonia con el inolvidable tema de los Beatles Hey Jude, para la despedida los elegidos fueron The Who, la banda de rock más vigorosa que cerró con My Generation, tema con el que irrumpieron en 1965 y que atacaron con una tremenda fuerza mientras fuegos artificiales iluminaban la capital británica.
Pete Townshend con la guitarra como un hacha y la enérgica voz de Roger Daltrey llenaron de garra e intensidad la noche londinense en una actuación que también incluyó dos temas muy representativos suyos, Baba O'Riley y See Me, Feel Me.
Waterloo Sunset (atardecer en el puente de Waterloo), número uno en las lista británicas en 1967 del grupo The Kinks, es uno de los himnos de la ciudad de Londres y fue recreada por su autor Ray Davies. Tras una sentida balada soul de Emeli Sandé, la alegría inundó el estadio olímpico con Madness, una de las bandas más representativas del movimiento ska de finales de los 70 que interpretó la pegadiza Our House.
Seguidamente, Pet Shop Boys aparecieron para tocar West End Girls, genuino ejemplo del techno pop de los 80. George Michael, otro de los más aclamados artistas británicos de los últimos tiempos desde su primera época en Wham!, recuperó el nervio para cantar Freedom y White Light.
Annie Lennox, la cantante de Euruythmics pero ya con una larga trayectoria en solitario, interpretó Little Bird y uno de los grupos más definitorios del nuevo brit-pop, Kaiser Chiefs, se atrevieron con el clásico del álbum Tommy de The Who, Pinball Wizard.
No podía falta un reconocimiento a Pink Floyd. El joven cantautor inglés cantó Wish You Were Here con Nick Mason, el batería original del grupo británico más definitorio del rock psicodélico.
Uno de los momentos estelares fue la actuación de las Spice Girls, el grupo femenino británico más famoso de todos los tiempos y que se han reunido para esta ocasión especial después de su separación hace cuatro años. A continuación, Liam Gallagher recreó en una versión acústica y orquestada la canción más famosa con Oasis, Wonderwall.
Jessie J, nueva figura de la música, había hecho mover con anterioridad el cuerpo a los presentes con la contagiosa Price Tag, justo después de una dosis de house del dj Fatboy Slim y antes de un dueto rapero entre Tinie Tempah y Taio Cruz.
Muse interpretó el tema oficial de los Juegos, Survival, y después unas imágenes de recuerdo a Freddie Mercury sus compañeros de Queen, el guitarra Brian May y el batería Roger Taylor se despacharon con la cruda Brighton Rock para enlazar con la inmortal We Will Rock You, en la que se unió Jessie J. para hacer una interpretación desgarrada envuelta en un pesado ritmo.
En tanto, Take That precedió a la actuación de The Who, pero antes los organizadores quisieron también tener un reconocimiento a David Bowie, otro de los artistas más influyentes en la música de los últimos 40 años, con una sucesión de imágenes y sus canciones más famosas.
Luego fue el turno de entregarle la posta a Río de Janeiro 2016, que hoy entregó sabor tropical con un rápido repaso de su música y sorprendió al llevar como embajador a Pelé. Brasil convirtió el estadio olímpico de Stratford en un carnaval con un ejército de 225 bailarines, que salieron al escenario después de que sonara el himno y de que el alcalde Eduardo Paes recibiera la bandera olímpica.
Los ocho minutos de fiesta brasileña comenzaron con la aparición en el centro del estadio de Renato Sorriso, un barrendero famoso en Río porque cada año baila de manera espontánea en el carnaval carioca mientras pasa la escoba por el Sambódromo en los descansos de los desfiles de las escuelas de samba.
Texto y foto www.tycsports.com

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