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domingo, 7 de diciembre de 2008

San Lorenzo 4 Independiente 1

Con goles de Barrientos, en dos oportunidades, Solari y Aguirre, el Ciclón derrotó 4-1 al Rojo, que descontó con un tanto de Núñez, y alcanzó a Boca y a Tigre en lo más alto del torneo Apertura. El próximo fin de semana visitará a Argentinos.

San Lorenzo ya conocía los resultados de Boca y Tigre, los otros dos punteros, y sabía que un triunfo lo depositaría nuevamente en la cima del torneo Apertura, para extender la definición hasta la última fecha. Esta ventaja podía jugarle a favor, por darle un envión anímico extra, o generar un nerviosismo difícil de controlar frente a un Independiente que nada tenía por perder. Sin embargo, el dueño de casa mostró mucha personalidad y consiguió una goleada 4-1 que lo catapultó a la cima y lo dejó con el ánimo por las nubes de cara al próximo fin de semana, cuando visitará a Argentinos. Tras la derrota ante Lanús hubo preocupación e insultos, pero con la goleada ante Huracán y la victoria ante los de Avellaneda, el equipo azulgrana infló otra vez el pecho.
Los primeros cinco minutos generaron un aire bastante tenso, difícil de explicar con palabras. El Rojo arrancó con la pelota en los pies, mientras los jugadores del Ciclón no pasaban la mitad de la cancha y los hinchas empezaban a sufrir. Es más, la primera de peligro, que sería la única en el primera etapa, fue para Calello, con un remate que controló Orión sin problemas.
A partir de ese momento, el conjunto local se puso el traje de candidato y tomó el control total del campo y la pelota, con un Solari movedizo, un Barrientos incisivo y preciso, un Bergessio veloz e inquieto y un Silvera muy participativo y peligroso. A estos se le sumó la constante salida de Adrián González por la derecha y la pegada de Aureliano Torres.
Con todos estos argumentos, el equipo de Russo empezó a complicar a la defensa visitante. Tras un disparo de Bergessio que controló bien Assmann, San Lorenzo vivió seis minutos soñados: a los 18, Barrientos anotó el primero de cabeza, tras un centro de Aureliano, y a los 20, Solari empujó a la red luego de un envió de González. Y de yapa, Leonel Ríos, amonestado por protestar, se fue expulsado a los 22 por una falta al Pitu.
La superioridad del Ciclón se reflejó en el resultado y en el manejo de la pelota en todos los sectores del campo. Toque corto, cambios de frente, aceleración en tres cuartos, presión constante, lucha y agresividad. El local hizo todo bien ante un rival deprimido y sin ganas, que contaba los minutos para el cierre. Pero antes, la frutillita del postre: Aguirre recibió ante Assmann, la pisó con gran categoría y puso el tercero de zurda.
El complemento sólo le aportó material a las estadísticas. Con todo definido, San Lorenzo siguió siendo amo y señor en el Nuevo Gasómetro. De la mano de un Barrientos inspiradísimo y de un equipo sólido, el Ciclón redondeó un clarísimo y contundente triunfo para soñar con el título.
La última demostración de fútbol del equipo dueño de casa se produjo a los once, cuando luego de una magnifica jugada colectiva y un fabuloso cambio de frente de Aureliano Torres, Barrientos puso el cuarto ante Assmann. Ahí, el Ciclón aflojó un poco y le dio respiro a Independiente, que descontó a los 22 con una volea de Núñez. Pero la historia ya estaba escrita.
Texto y foto www.tycsports.com

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