San Lorenzo acertó en el final y rescató un punto ante Banfield como visitante, en la despedida de ambos del Clausura. El Taladro dominó en el periodo inicial y se puso en ventaja merecidamente, pero el Ciclón fue al frente en el complemento y encontró el 1-1 definitivo a un minuto del cierre. El técnico Omar Asad todavía sigue sin festejar desde su llegada a Boedo (acumula dos empates y una derrota).
Orden, ambición y prolijidad fueron las tres virtudes que explicaron la hegemonía de Banfield durante el periodo inicial. Esta vez, el 4-4-2 habitual del Taladro exhibió mayor vuelo futbolístico gracias a las conexiones entre Gómez, Quinteros, Barbaro y los jóvenes puntas Ferreyra y Terzaghi. El local fue mejor porque achicó los espacios entre las líneas y mostró una interesante apertura hacia las bandas en cada avance ofensivo.
A diferencia de su batallador rival, San Lorenzo careció de un plan de juego. La circulación de pelota que pretende Asad estuvo muy lejos de plasmarse en el césped. Sin un organizador como Ortigoza o Romagnoli, el Ciclón se resignó a contragolpear con Salgueiro y Menseguez, tan veloces como intermitentes. Las sanas intenciones del juvenil Ramírez, quien intentó ponerse el equipo al hombro, fueron insuficientes.
Banfield recién logró la merecida ventaja en el marcador a los 32 minutos. Antes, Migliore se había lucido para sostener ese empate mentiroso. Pero el ex Boca nada pudo hacer ante el impresionante derechazo del lateral Gustavo Toledo, quien se animó desde casi 40 metros y depositó la pelota en el ángulo. Tras el tanto, San Lorenzo quedó de rodillas y estuvo cerca de otro mazazo, pero se salvó gracias a su arquero.
La temática del duelo cambió en el complemento. Banfield se relajó innecesariamente y le puso todas sus fichas al contragolpe. De esta manera, San Lorenzo logró crecer y se paró en campo contrario para intentar igualar. A los 12, el ingresado Lamanna conectó un centro de Luna y exigió a Bologna. Y a los 18, el arquero se lució al desviar un potente disparo de Menseguez desde lejos. Con sus carencias a cuestas, los dirigidos por Asad asumieron riesgos.
La desesperación de San Lorenzo se tradujo en desorden táctico. Ante esas ventajas, Banfield se relamió en cada réplica y, paulatinamente, comenzó a recuperar la pelota con mayor facilidad. Mientras caminaba por la cornisa, el Ciclón tuvo dos chances claras para festejar. Primero, Bologna tapó el remate de Luna, habilitado por un pase magistral de Ramírez. Y en el rebote, Lamanna se perdió el gol en soledad.
Pero el desahogo azulgrana llegó a los 44 minutos, después de una mala respuesta de Bologna. Entre José Palomino y Mauro Dos Santos (en contra de su valla) sentenciaron el 1-1 final en el Sur. Un premio exagerado para San Lorenzo, que encontró algo de oxígeno gracias a la postura defensiva de su rival. A ambos les espera el receso y deberán reordenar las ideas para trazarse objetivos ambiciosos.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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