Perdía 2-0, jugaba con dos menos por las rojas de Rivero y Bottinelli, pero con tantos de Bergessio empató el partido y se metió entre los ocho mejores. Abelairas y Abreu, de penal, le daban el triunfo al Millonario, que en el final sufrió la expulsión de Tuzzio.Por el corazón, por los goles de Bergessio, por pensar que se podía pese a todas las adversidades y porque River demostró otra vez que la Copa Libertadores no es su territorio, San Lorenzo consiguió una inolvidable clasificación para los cuartos de final al empatar 2-2, en el Monumental, con dos hombres menos.
Fue un encuentro difícil de explicar, porque San Lorenzo se clasificó pese a que equivocó la manera de jugarlo. Creyó que se ganaba guapeando y así lo perdía. Se impuso cuando puso la pelota en el piso, cuando creció D´Alessandro, cuando se mató en el medio el Chaco Torres y cuando Bergessio dio otra demostración de coraje.
Arrancó mejor el Ciclón, que no permitía dejarse llevar por delante. Presionaba en el medio, preocupaba con la movilidad de Bergessio y estuvo cerca con un zurdazo de D´Alessandro que mandó al córner Carrizo. River no encontraba la pelota, estaba nervioso, pero apenas consiguió poner el balón en el área lastimó.
Primero Maidana, el asistente cuestionado por Ramón Díaz, le anuló mal un gol a Abreu por una supuesta posición adelantada. Después llegó el gol: tiro libre de Abelairas, Falcao la dejó pasar y se metió sin que nadie la tocara. El tanto tranquilizó al equipo de Simeone, la visita empezó a creer que se empareja a los golpes y cada roce terminaba en un duelo verbal entre los protagonistas.
Una patada desde atrás de Falcao a Méndez, sobre el banderín del córner, derivó en una gresca generalizada que incluyó hasta los arqueros y si solamente se fue amonestado Orión fue por una insólita decisión de Pezzotta. Jugar al fútbol ya pasaba a un segundo plano.
Con la desventaja D´Alessandro dejó la banda izquierda, empezó a moverse detrás de los delanteros y San Lorenzo volvía a controlar el partido, aunque sin claridad ni peso en el área para inquietar seriamente a Carrizo. River, retrasado en el terreno, ya no llegaba al área rival. Seguían jugando con bronca, al límite de la buena fe, y el primero en ver la roja fue Rivero, por una innecesaria falta a Villagra.
El arranque del complemento comenzó con la misma tónica que el primero: a pura patada, a puro nervio, a pura jugada violenta injustificada. Y en una de ellas Bottinelli le metió un insólito codazo a Falcao dentro del área con la pelota en juego, Pezzotta no tuvo otra alternativa que marcar penal y Abreu pateó fuerte al medio para desatar un loco festejo.
San Lorenzo parecía muerto, dos jugadores menos y dos goles de diferencia. Sin embargo, el triunfo en la ida lo ponía a solamente un gol de los penales y lo consiguió con un zurdazo de Bergessio que se clavó arriba a los 24m. La gente de River, que se dedicaba a insultar a D´Alessandro, no creía lo que pasaba y mucho menos lo que vendría tres minutos más tarde, cuando Bergessio anticipo a todos en el primer palo tras un córner y de cabeza igualó el partido.
River necesitaba dos goles y fue a buscarlos de manera desesperada. Pudo haber marcado el tercero en varias oportunidades, las más clara fueron un zurdazo y un cabezazo de Rosales, pero San Lorenzo también estuvo muy cerca cuando Carrizo se confió en un pase atrás, la pelota le pasó por abajo del pie y el palo evitó el tercero.
El Millonario iba, el Ciclón se abrazaba a la hazaña, Tuzzio era expulsado, Pezzota pitó el final. Increíble clasificación del equipo de Ramón Díaz a los cuartos de final. El sueño continuará ante la Liga de Quito. Insólita despedida de River, en otra frustrante participación en la Copa Libertadores.
Texto y foto www.tycsports.com
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