San Martín descendió mucho antes que ahora. Que Gimnasia de Jujuy lo haya condenado fue una eventualidad, pero lo cierto es que si bien las lágrimas llovieron hoy, en San Juan ya habían sacado los pañuelos hace rato, mientras empezaba a encadenarse la nefasta serie que con el pitazo final en el Norte alcanzó la octava derrota consecutiva. Y pensar que tras el triunfo ante Huracán, en la novena fecha, el equipo de Quiroz había quedado en el tercer lugar de las posiciones del Clausura y tenía en Martín Bravo al goleador del campeonato... De la vereda de enfrente del dolor, la angustia de Gimnasia encontró algo de calma con una victoria que lo posicionó en el objetivo de asegurar la permanencia en la Promoción. Así le metió presión a Olimpo y se colocó a tres puntos de Racing.
El resultado fue justo. Con más margen, Gimnasia hizo mejor las cosas y marcó la diferencia en el segundo tiempo, cuando a la voluntad de Pieters se le sumó el fútbol que aportó Ricardo Gómez por la banda izquierda. Todo esto se materializó en la fe de Desvaux para ir a buscar el desnivel y hallarlo en una patriada, más la constancia de Carranza y ese zurdazo tranquilizador para el 3-1, ante un Medrán abatido y sin reacción. Una postal de un San Martín que lució entregado e impotente, sin resto anímico ni futbolero para revertir la historia, sobre todo a partir del segundo gol rival.
Todo se le hizo cuesta arriba a San Martín por propias ingenuidades. Apenas iban siete minutos cuando a la salida de un tiro de esquina Frontini tomó de la camiseta a Desvaux dentro del área y se la arrancó de manera tan flagrante como inocente. Favale sancionó el penal y Carranza, con un disparo seco a la izquierda de un Medrán que adivinó la intención del ejecutor pero no pudo llegar, lo cambió por el gol que rompió el cero.
Gimnasia se sintió cómodo con la tempranera ventaja y por momentos se confió. Resignó posesión y, con poco, San Martín fue creciendo con el correr de los minutos. Hasta que Frontini tuvo su revancha y con un frentazo inapelable igualó el tanteador.
La tónica del desarrollo cambió con el inicio del complemento. Desde entonces, todo fue de Gimnasia, más profundo e incisivo con la levantada de Ricardo Gómez. El volante tuvo una oportunidad franca y falló, al igual que Carranza, quien desperdició un mano a mano. Hasta que Escalada metió un buscapié tras un rebote y Desvaux la empujó a la red. San Martín perdió la fe y se entregó definitivamente. Al toque, Carranza capturó la pelota en una fallida salida de los sanjuaninos, remató desde afuera del área y Medrán sólo atinó a mirar cómo un tiro sin mucha fuerza ni dirección se le metía en el arco. Un síntoma del ánimo del elenco visitante por entonces.
El resto se dividió entre la tranquilidad de Gimnasia y el desconsuelo de San Martín. Unos sueñan. Los otros, ya no.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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