Racing se abrazó esta tarde a uno de esos triunfos que se disfrutan doble, por lo que significan en si mismos y por lo que pueden generar de cara al futuro. Derrotó 1-0 a River, en un duelo muy disputado, y salió de la zona de Promoción.
Dentro de un contexto friccionado y con escaso juego, Racing evidenció ser más desde el comienzo. El triple cinco dispuesto por Caruso, con Yacob, Zuculini y Wagner, le ganaba el duelo a los livianitos de River, siempre muy tímidos en el mediocampo.
A los 17 minutos, con una pelota parada se rompió la paridad. Lluy cobró una falta desde la derecha, Caballero la bajó para el medio y Lugüercio con el arco a su disposición falló increíblemente. Sin embargo, el balón le cayó a Martínez, quien la volvió a meter al medio y esta vez el Payaso acertó debajo de los tres palos. Así, se sacaba la mufa de las últimas fechas –sólo había convertido en el debut con Lanús- y el local pasaba a manejar el marcador.
Con la desventaja el predominio de la Academia no mermó, pero los de Gorosito coquetearon con el empate. Fue cuando Abelairas hizo revolcar a Migliore tras un muy buen tire libre. El Millonario en la primera parte fue eso y nada más. Sumadas, las pérdidas por sendas lesiones de Augusto Fernández y Facundo Quiroga, quienes fueron relevados por Diego Barrado y Nicolás Sánchez.
Antes de irse a los vestuarios Racing volvió a tener dos chances nítidas. En la primera Zuculini y Lugüercio comandaron una gran contra, pero la pelota derivó en Wagner, quien cara a cara contra Barbosa definió anunciado y suave contra el cuerpo del arquero. En la segunda, a los 46, Barbosa volvió a esforzarse para despejar con las piernas un remate de Caballero.
En el complemento, sin demasiadas ideas y nulo fútbol pero con amor propio, River salió decidido a vender cara su derrota. Adelantó todas sus líneas y fue en busca de Migliore. En el comienzo tuvo una muy buena oportunidad Abelairas, pero remató afuera desde el punto penal, y en la siguiente se demoró Buonanotte.
Pese a su encierro, Racing tuvo una nítida. Fue a través de Lugüercio, de lo mejor de la cancha, quien se sacó dos hombres de encima a puro vértigo y forzó una gran respuesta de Barbosa.
Luego se sucedieron varias salvadas de esas que ponen los nervios de punta… Con jugadores que chocan en el área, otros que pifian, protestan. Confusiones que pueden tener destino de red.
Con ese panorama, ante tanta poca pelota por el piso, Gorosito agotó su último cambio con el ingreso de Gallardo. Igual, el Muñeco entró en la pelea y nunca gravitó.
En los últimos minutos, cuando los de Caruso ya jugaban con diez por la correcta expulsión de Caballero (tenía amarilla y simuló una falta), apareció Migliore para sacarle un tremendo remate a Rosales y una complicado cabezazo a Ferrari.
Cuando Collado marcó el cierre el Cilindro estalló en un canto de alegría. Racing sumó tres puntos vitales en su lucha para seguir en Primera y ante un rival que históricamente siempre lo complico. Era como para celebrarlo.
Texto y foto www.tycsports.com
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