¿Dónde me metí? Esa pregunta debe haber repiqueteado en la caliente mente de Américo Gallego cuando Sand no paraba de meter goles y sus defensores corrían, caían y no detenían a nadie. Es que hoy Independiente fue sometido por un Lanús que aprovechó todas las facilidades ofrecidas por el ingenuo fondo visitante. Demasiados errores y todos juntos para darle la bienvenida a un técnico ganador, que quizás nunca antes en su carrera haya recibido una paliza como esta. Así, el Grana consumó una goleada que lo mantiene arriba de todos y ratifica el favoritismo absoluto para quedarse con el campeonato.
La motivación del regreso de Gallego se pudo evidenciar en la convocatoria de Independiente en cancha de Lanús. Todo el entusiasmo del retorno del último DT campeón con el Rojo se trasladó al campo de juego, por cinco minutos. Eso fue lo que duró el dominio visitante hasta que Lanús tomó la pelota y empezó a herir. La primera estocada la dio Valeri, quien apareció para clarificar cuando los rebotes se sucedían en el área de Assmann.
Parecía que era golpe por golpe, cuando Independiente reaccionó diez minutos después. Vittor le pegó de afuera, la pelota derivó en Mancuello y el zurdo con tiempo y espacio definió para marcar su primer gol entre los grandes. Con todo nivelado, la intensidad del juego mermó, pero los errores de la defensa roja torcían todo a favor del local. De hecho instantes antes de irse al entretiempo, Assmann y Núñez fallaron en un córner y allí estaba Sand para cobrarse de tal inocencia.
Gallego jugó sus fichas en busca del empate e Independiente tuvo el terreno y la pelota. No provocó nada, con un Montenegro retrasado y errático, sumado a delanteros intrascendentes (además de Núñez, entraron Gandín e Higuaín). Claro está la concentración de gente ofensiva, regaló a la defensa y la contra quedó servida para el local.
Tras mucho fallar, llegó el acierto y fue del inspirado Sand. Simple desborde de Salvio, mala respuesta de Assmann y botín del goleador para sentenciar la historia. Lo que quedó fue un monólogo granate que desperdició tantos de manera insólita, pero culminó desatando una gran goleada. Sand, con una definición de caño y luego con un penal, elevó su cuenta personal a cuatro y mantuvo a Lanús arriba de todos.
Mientras Sand se regodeaba, la cara de Gallego lo explicaba todo. Mucha bronca y nada de resignación para un ganador que tuvo el peor de los estrenos posibles.
Texto y foto www.tycsports.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario