Partido entretenido, buen fútbol, situaciones de gol como pocas veces pueden verse en el fútbol argentino, y un equipo que se llevó los tres puntos y algo más: Lanús, con el triunfo, se subió momentáneamente a la cima. Entonces creció la ilusión en el Granate, pero el milagroso triunfo de Vélez en Santa Fe volvió a relegarlo al segundo puesto, a una unidad del Fortín. Godoy Cruz se fue con las manos vacías a pesar de su ambiciosa propuesta y dejó el invicto en su casa tras ocho juegos.
Las desatenciones en ambas defensas, sumadas a las afiladas delanteras, concluyeron en un partidazo. El Tomba, de arranque, fue el que tuvo las más claras, pero Lanús no se quedó atrás. Cristian Leiva manejó la salida de los suyos, y arriba, Iván Borghello y Leandro Caruso se cansaron de generar y desperdiciar. De desperdiciar o de chocar contra Carlos Bossio, tal vez la figura de la tarde: siempre atento, rápido para salir a cortar los centros, y muy inteligente para sacar del arco.
Justamente de los pies de Chiquito nació el gol del Grana. El arquero sacó rápido de abajo y agarró mal parados a todos los rivales, Seba Blanco la bajó con calidad y descargó para Eduardo Salvio, quien definió ante la salida de Nelson Ibáñez. Tres toques y mucha precisión para marcar el único gol del partido, aunque tranquilamente podría haber sido un 5-5. Así se fueron al descanso y de la misma manera volvieron para el complemento, con el arco rival entre ceja y ceja.
Diego Cocca mandó a los suyos en busca de la igualdad, y de esta manera el Granate encontró espacios para seguir haciendo lo que más sabe hacer: contraatacar. Igualmente, los ligeritos de Lanús también se perdieron infinidad de goles. A los 5 minutos, Héctor Baldassi le anuló un gol a José Sand por fuera de juego, y en la siguiente fue Gabriel Vallés el que le ahogó el grito a Pepe al sacarle la pelota de la línea.
Luego, el que comenzó a dominar fue Godoy Cruz. Borghello pegó un tiro en el palo y Caruso mandó un cabezazo al costado del palo derecho de Bossio. Hernán Encina, quien había apilado rivales en el primer tiempo, ya no tenía el protagonismo de antes, y fue Víctor Figueroa el que comenzó a comandar el ataque del local. También pudo liquidarlo Lanús en el palo y palo: Sand tuvo dos claritas, y una la pegó contra el poste. Luego, el que salvó la caída de su arco fue nuevamente Bossio, quien respondió muy bien ante un ataque de Caruso.
Tal vez, si el partido seguía una hora más, el marcador hubiese continuado 1-0. Pero seguramente no habría bostezos. Las dos hinchadas, sin dudas, se fueron satisfechas del estadio con las propuestas de su equipo. Pero la felicidad estuvo de un lado y la tristeza del otro: el Granate quedó como único escolta, mientras que el Tomba, a pesar de que no está complicado en la lucha por el descenso, sólo puede pensar en ganar, y más cuando es en su casa. De todas maneras, la gente de Godoy Cruz puede dormir tranquila: si el equipo sigue así, serán más los partidos ganados que los empatados o perdidos
Texto y foto www.tycsports.com
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