Mal que lo ha aquejado en los últimos tiempos, a Boca le sigue costando cuando Riquelme no anda con las luces encendidas. A veces encuentra un plus y logra prevalecer, pero otras no lo consigue, sufre y resigna puntos, como hoy. Con un poco de orden y mucho de seguridad y convicción para defenderse con la pelota, Godoy Cruz le arrancó dos puntos en la Ribera, lo distanció un poco más de los primeros puestos y, de yapa, sumó para su consigna de quedarse en Primera.
Con un guiño en cinco volantes ofensivos en la cancha (Riquelme, Chávez y Gaitán en Boca; Aguirre y Víctor Figueroa en Godoy Cruz), el mediocampo se transformó enseguida en una zona de tránsito y el partido rápidamente se hizo de ida y vuelta, a un ritmo muy vertiginoso. En ese contexto, y con la complicidad de dos líneas defensivas endebles, hubo varias situaciones de gol en ambos arcos. Con una media vuelta que se fue apenas por encima del travesaño, Caruso dio el primer aviso cuando sólo habían transcurrido 30 segundos. Boca no tardó en contestar y, habida cuenta de sus problemas para llegar por abajo, lo hizo por la vía aérea, donde Palermo le sacaba canas verdes a los defensores del cuadro mendocino.
Era cuestión de afinar la puntería para romper el cero. Y Boca se anticipó. Gaitán aprovechó un rebote en Olmedo, se metió en el área sin marcas y con pelota dominada, enfrentó a Ibáñez y lo superó con un toque fino y elegante, que ingresó junto al segundo palo. Con una dosis de oportunismo como argumento principal, Boca se ponía en ventaja.
La tónica del desarrollo se mantuvo durante el complemento. De movida, Luciano Figueroa desperdició una gran chance en un remate que exigió a Ibáñez. Y esa acción condicionaría el resultado final, porque Godoy Cruz no se quedó, fue en busca de la igualdad y la consiguió por intermedio de Caruso, su mejor jugador, astuto para moverse por todo el frente de ataque, pivotear, generar sociedades y complicar a la defensa local. El delantero recibió sobre el borde del área grande, aprovechó que Borghello hizo una cortina típica de básquet para dejar fuera de carrera a Roncaglia, y definió con una media vuelta letal, que se metió junto al ángulo derecho del arco custodiado por Abbondanzieri.
A Boca le costó digerir el golpe. Riquelme apareció con cuentagotas y nunca fue determinante; Ischia probó con Palacio y Mouche. Nada. El local apenas provocó peligro en un cabezazo de Krupoviesa que se fue muy cerca del palo derecho. Nunca se le encendieron las luces cerca del área rival.
El empate, al fin y al cabo, fue justo. Boca lo lamentó. Godoy Cruz volvió hecho a Mendoza.
Texto y foto www.tycsports.com
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