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domingo, 2 de noviembre de 2008

Boca Juniors 1 San Lorenzo 0

El equipo de Ischia hizo la diferencia enseguida, gracias a un tiro libre de Riquelme con dedicatoria para el fallecido Pompilio, y justificó el triunfo. El cuadro visitante sufrió mucho las ausencias y fue claramente superado. El Apertura ahora tiene tres líderes.

Boca se permitió una sonrisa en pleno duelo. Golpeado por el fallecimiento de Pedro Pompilio, el pueblo xeneize tuvo un motivo para apagar la angustia. El equipo de Ischia volteó con justicia a San Lorenzo, se trepó a la punta y le puso pimienta al campeonato. La pelea de arriba está que arde. Los líderes ahora son tres, con la inclusión de Tigre.
Celebró Boca y estuvo bien, porque impuso condiciones desde el inicio. Lo ganó por juego y por espíritu. Dominó en lo futbolístico y lo anímico. San Lorenzo acusó el mal de ausencias y, sin Juan Manuel Torres como tapón, sufrió mucho –sobre todo en el primer tiempo- las libertades de Riquelme, la usina creadora y responsable principal de la aceitada circulación exhibida por el local. Sólo habían transcurrido siete minutos cuando el 10 rompió el cero con un tiro libre que en la búsqueda de alguna cabeza encontró la red, junto al segundo palo. El gol llegó con una emotiva dedicatoria: "Gracias por todo, Pedro", lucía la inscripción de la remera blanca que la máxima estrella de Boca dejó ver debajo de la azul y oro.
Riquelme además fue decisivo en la superioridad exhibida por Boca durante la etapa inicial. Respaldado por Battaglia –la figura del encuentro- y Vargas, muy firmes en la contención, el conductor xeneize les dio juego a Dátolo, siempre solo por la izquierda, y a Mouche, incisivo, desequilibrante y protagonista de chances nítidas en un derechazo que exigió a Orión, un disparo que se estrelló contra el poste izquierdo y un remate cruzado que salió apenas desviado. A su vez, Viatri dispuso de una oportunidad inmejorable cuando entró de frente al gol con Orión semi vencido y pateó al cuerpo del uno visitante, quien salvó una vez más la caída de su arco.
Más que jugarlo, San Lorenzo sufrió el encuentro. No sólo extrañó al Chaco Torres, sino también a Méndez y a Aguirre -centrales titulares- y padeció la lesión del retornado Tula en el tramo inicial. Desde el vamos, todo se le hizo cuesta arriba a la visita, que ofreció ventajas en el fondo, no tuvo conexión entres sus líneas y careció de juego del medio hacia adelante. Tanto fue así que casi no pateó al arco en todo el partido, ni siquiera forzado por la necesidad de revertir el resultado. Sólo en un fugaz instante de la segunda parte, a pura voluntad, el conjunto de Russo trasladó el desarrollo hacia el campo rival. Sin embargo, las únicas oportunidades reales en que logró preocupar al pibe Javier García no fueron obras de Bergessio, Silvera ni Barrientos, sino de Acevedo, ejecutor de un tiro libre en forma de centro que salió apenas desviado y –sobre todo- un cabezazo que se fue por encima del travesaño, en el complemento. Nada más. Varios jugadores visitantes se le fueron al humo a Pezzotta en el final del partido, aunque el árbitro no incidió en el resultado, amén de haber dirigido mal.
El segundo tiempo decayó en el nivel de juego, aunque Boca igualmente tuvo las más claras. El local pudo haber ampliado el marcador en una media vuelta de Paletta y una volea de Vargas que provocaron el lucimiento de Orión. Con el correr del tiempo San Lorenzo intentó llevarse por delante al local, pero éste se apoyó entonces en Cáceres -bastión de un fondo confiable- y no sufrió, con excepción en aquel cabezazo de Acevedo.
Llegó el final y Boca se abrazó a una victoria añorada. San Lorenzo se fue masticando preocupación. Faltan seis fechas y arde la definición por el título.
Texto y foto www.tycsports.com

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