Fueron 16 minutos en los que pasó de todo y La Bombonera se cubrió de agua, tal vez como nunca en una jornada de fútbol. El clásico dividía ilusiones por doquier, pero la lluvia dejó con las ganas a todos. En el medio, furtivamente, Huracán se puso en ventaja tras una decisión polémica de Laverni y sufrió la expulsión de uno de sus intérpretes. Por ahora, el Globo complica a San Lorenzo en su ilusión de llevarse el campeonato, mientras la fecha de reanudación es una incógnita.
A los 10 minutos, cuando ya era imposible jugar y los ocasionales anfitriones habían avisado previamente en un mano a mano que Barcos perdió con Orión, Laverni cobró una polémica infracción, desencontrado con su asistente mientras maduraba la suspensión. El venezolano González ejecutó el tiro libre y Goltz, en un anticipo bárbaro, metió un tremendo cabezazo que vulneró el esfuerzo de Orión para romper el cero.
La pelota ya no rodaba ni picaba y en cada disputa se levantaban litros de agua por el aire. Así era imposible. Sin embargo, las acciones siguieron y, tres minutos más tarde, Pastore le entró innecesariamente a destiempo a Juan Manuel Torres, ganándose una infantil expulsión. Enseguida, el juez dijo basta y así se fueron, con la pasión contenida y muchas ganas de más en una tarde de locos.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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