David Nalbandian volvió a demostrar que es el mejor jugador contemporáneo de Copa Davis. En el estadio Islas Malvinas de Mar del Plata, donde el público se hizo escuchar entre bombos y trompetas, el cordobés puso el 1-0 para su país tras una formidable actuación ante el español David Ferrer, quien no habrá llegado en su mejor forma, pero que este mismo año estuvo entre los top five. Fue 6-3, 6-2 y 6-3.
El unquillense salió a disputar en el encuentro con los dientes bien apretados y en el arranque generó dos chances para quebrar, pero el ibérico se recuperó. Sin embargo, en el tercer game, el jugador nacional volvió a presionar y luego de una pelota de su rival en la red, se colocó 2-1 y hasta mantuvo su servicio en cero.
El aliento fue constante desde el inicio, pero el público erupcionó luego del sexto juego. El segundo singlista albiceleste cometió varios errores y tras una ardua lucha, decretó el 4-2 con un toque muy sutil. Inmediatamente, miró al capitán Alberto Mancini para dedicarle el punto y con su dedo índice dibujó una vuelta olímpica. ¡David, David!
Tras obtener otro rompimiento gracias a una doble falta de su rival, Nalbandian, quien acumuló 18 tiros ganadores y 11 errores no forzados, ingresó en un pequeño bache: falló un revés y una derecha cruzada, dejó dos pelotas en la red y entregó su saque. Y por primera vez se escuchó el afamado “a por ellos” que identifica a los españoles. Sin embargo, David fulminó cualquier esperanza con otro quiebre.
Nalbandian comenzó el segundo set con autoridad, pero Ferrer no se quedó atrás y sostuvo en cero. Sin embargo, cuando parecía que el jugador visitante se disponía a brindar batalla, apareció toda la garra y la frialdad del cordobés para quedarse con un cuarto game clave. El europeo se puso 40-0, pero el undécimo del escalafón apretó el puño y logró otro quiebre.
Otro punto de inflexión. Ferrer recuperó el rompimiento, aunque le duro poco la alegría. Nalbandian quebró con autoridad en el sexto, levantó dos oportunidades en el séptimo y volvió a ampliar la diferencia en el octavo. Un 6-2 inapelable, donde David concretó 16 winners y acumuló apenas ocho errores. Su rival: 12 y 6, respectivamente.
El último capítulo fue otra demostración de jerarquía del jugador argentino, que apenas vivió un momento de zozobra. Sostuvo su servicio en cero en el comienzo, levantó dos oportunidades en el tercer game y concretó un rompimiento en el sexto. Fue la puñalada decisiva para Ferrer, quien igualmente siguió corriendo hasta el final.
Texto y foto www.tycsports.com
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