Boca se quedó sin vida en la Copa Sudamericana tras caer por 2-1 ante Inter, en La Bombonera, y cerrar la serie con un global de 4-1 en su contra. De esta manera, los de Carlos Ischia, que cortaron con una racha de cinco años sin derrotas como local por torneos internacionales, deberán poner todas las energías en la conquista del torneo local, donde tendrán como primer obstáculo a Arsenal.
El que tomó la iniciativa, desde el principio, fue el Xeneize, aunque careció de claridad en los metros finales y terminó repitiéndose con los pelotazos cruzados para Luciano Figueroa. Los de Ischia buscaron constantemente el arco rival y en oportunidades terminaron desprotegiendo el propio: Nilmar lo tuvo con un cabezazo y también Magrao, con un remate que se fue desviado.
En Boca, la más clara estuvo en la cabeza de Figueroa, quien recibió un excelente centro de Pablo Mouche y desvió el frentazo por encima del arco. Sobre el final de la primera etapa hubo un claro penal sobre Leandro Gracián, pero el árbitro colombiano Oscar Ruiz dejó seguir a pesar de la insistencia de los jugadores locales.
Ischia, con el objetivo de ir en busca del triunfo, puso a Viatri en el comienzo del complemento, pero al DT se le quemaron los papeles en el primer minuto de juego ya que Magrao aventajó a los brasileños tras una desatención en la defensa local. Así las cosas, Boca mandó toda la carne al asador con los ingresos de Juan Román Riquelme y Jesús Dátolo.
El Xeneize fue arrinconando al Colorado contra las cuerdas y finalmente logró la igualdad gracias a un penal sobre Dátolo que convirtió Riquelme con una gran ejecución. A partir de entonces, el local comenzó a soñar con el milagro y pudo haberse puesto en ventaja en varias oportunidades.
Pero la desesperación terminó por traicionar a un Boca que se desarmó de la mitad de cancha para atrás: Alex, el que había marcado los dos goles en el partido de ida, mandó el balón a la red tras recibir una excelente asistencia de Andrés D´Alessandro (quien tuvo un fuerte cruce con Mouche). De esta manera, el sueño copero comenzaba a esfumarse definitivamente para el Xeneize.
Inter tuvo varias oportunidades para ampliar la diferencia pero terminó por perdonar al conjunto argentino, que finalizó con diez por la expulsión de Ezequiel Muñoz. El golpe para los locales fue duro pero predecible, ya que debían levantar el 2-0 en contra de Porto Alegre y, además, debían hacerlo con jugadores que no son los habituales titulares. Ahora sí, Boca apunta todos los cañones al Apertura.
Texto y foto www.tycsports.com
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