Argentinos y Tigre construyeron un equilibrado encuentro que terminó 1-1 en La Paternal, en el marco de la décima fecha del Torneo Clausura. A la hora de evaluar el punto conseguido, seguramente los dos equipos dejarán el estadio Diego Maradona con una mueca de desilusión, ya que el objetivo en común era acercarse un poco más al líder Independiente.
El primer tiempo estuvo signado por una molesta mediocridad donde ambos tuvieron sus respectivas responsabilidades. Argentinos buscó más pero no supo cómo, mientras que Tigre exhibió su clásica postura especulativa y procuró no correr ningún tipo de riesgos.
En ese magro panorama, el gol de Nicolás Pavlovich a los 15 minutos fue un auténtico oasis. La jugada la condujo Gustavo Oberman por derecha y el Buitre estuvo atento para conectar el envío cruzado y superar la salida desesperada de Daniel Islas. Una ventaja merecida para el Bicho, que antes había coqueteado con el gol por intermedio de Ismael Sosa y Facundo Coria, los responsables de las mejores jugadas del local.
Pero esa precisión inicial se disipó con el correr del partido y el encuentro cayó en un pozo profundo porque Tigre jamás logró parecerse a aquel equipo contragolpeador que venía de abofetear a Boca. Además, la salida por lesión de Leandro Lázzaro le quitó a Carlos Luna su gran socio de ataque.
La monotonía se quebró a los ocho del complemento, cuando el arquero chileno Nicolás Peric fue expulsado por parar una pelota con la mano afuera del área. Claudio Borghi debió renunciar al buen manejo de Coria para enviar a Luis Ojeda bajo los tres palos. En el tiro libre posterior, Martín Morel la picó y el balón salió muy cerca del palo.
Pese al hombre de más, al Matador le costó demasiado encontrarle fallas a la línea defensiva del Bicho. El gran trabajo de Juan Mercier y Néstor Ortigoza le quitó margen para maniobrar a Morel, el único que podía darle algo de claridad a los ataques de su equipo.
Por su parte, el anfitrión empezó a replegarse cada vez más pero le alcanzaba con poco para sostener la victoria. Hasta que a los 32 apareció la estirpe goleadora de Carlos Luna, quien cabeceó a la perfección un centro de Jonathan Blanco desde la derecha y desató el festejo en el banco de Ricardo Caruso Lombardi.
Una demostración ejemplar de que, a veces, el ímpetu y la insistencia pueden ser alternativas ante la ausencia de un juego creativo. Por su parte, Argentinos, que quedó a cuatro de la cima, presentará como excusa la roja a Peric para explicar sus intermitencias y será válido, aunque el Bichi deberá ser consciente de que su equipo debe ofrecer mucho más si realmente pretende ser protagonista del Clausura. A Tigre, que suma un punto menos, da la sensación de que más no se le puede pedir.
Texto y foto www.tycsports.com
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