Arsenal sigue pisando fuerte. Luego de un arranque de torneo Clausura realmente flojo, que puso en la cuerda floja a Burruchaga, el elenco del Viaducto consiguió cuatro victorias en los últimos cinco partidos. Su última víctima fue San Lorenzo, que sigue sin levantar cabeza de la mano de Diego Simeone y está muy cerca de los últimos puestos. Fue 1-0, en Sarandí.
El incurable problema del Ciclón no es adueñarse de la pelota, sino qué hacer con ella en los últimos metros de la cancha para herir al rival. Durante el primer tiempo, el conjunto dueño de casa la tuvo menos, pero preocupó más y generó varias chances claras. El equipo de Simeone la movió de acá para allá, pero careció de picardía y velocidad para meter esa estocada decisiva. Frente a la buena marca del local, la visita intentó primero con centros aéreos y a los cuatro encontró la cabeza de Romeo, aunque este la tiró por arriba. Luego, sin poder entrar, probó con tiros de larga distancia: Menseguez y Bordagaray, en dos ocasiones, fueron los encargados, pero sin la puntería necesaria para complicar a Campestrini.
El elenco de Burruchaga fue más simple, porque trató de meterla rápidamente en el área -sin tantos firuletes-, y cuando se lo propuso generó peligro. A los nueve, Obolo la agarró de aire tras un mal despeje y le quemó las manos a un atento Migliore. Y a los 16, el espigado atacante peinó una bola a la salida de un córner y dejó solo a Aguirre, quien definió arriba para el 1-0.
Al Ciclón le costó hacer pie por arriba y también lo perdió Tula con un frentazo que pasó cerca. Y cuando San Lorenzo se fue con todo en busca del empate, Leguizamón quedó mano a mano con Migliore y desperdició una oportunidad inmejorable. Sobre el cierre, la visita volvió a apretar, aunque nuevamente sin la pimienta necesaria. La única: un disparo elevado de Bordagaray.
Los problemas del Ciclón para generar riesgo se evidenciaron mucho más en el complemento, ya que manejó la pelota durante casi 30 minutos y apenas se aproximó con arrestos individuales. Nuevamente, el Cholo puso mucha gente en ataque, pero al equipo le costó desbordar y ganar en el área. Claro, al equipo azulgrana le falta altura y prueba una y otra vez por arriba.
Dentro de todos los jugadores de ataque que puso el entrenador, el más destacado fue Alfaro, quien se mostró rápido.A los 24, armó una buena maniobra individual y remató cerca del poste izquierdo de Campestrini. A los 35, cabeceó abajo del arco y el uno volvió a tapar. Y a los 42, remató desde 30 metros y el balón se perdió cerca.
San Lorenzo terminó atacando con Menseguez, González, Romeo, Alfaro, Bordagaray, Bertocchi y Pintos, ya como un delantero más, y sin embargo volvió a caer en el mismo desorden de todo el campeonato. Por eso, aunque apretó, nunca puso en jaque a un Arsenal replegado pero tranquilo. Sus centrales se cansaron de sacar por arriba y sellaron el cero.
Texto y foto www.tycsports.com
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