Es después del aumento que aplicó YPF ayer, y que llegó a hasta el 5,6 por ciento en los surtidores de Capital y Gran Buenos Aires. Shell había ajustado sus precios el día anterior. Las petroleras suben los combustibles para vender menos.
Los automovilistas que cargaban nafta Fangio XXI por la nada desdeñable razón de ahorrarse unos 35 pesos por tanque, ahora tienen un motivo menos para hacer la cola frente a los surtidores de YPF. Ayer, la petrolera que tiene el 57% del mercado nacional de naftas, llevó el precio de la Fangio XXI a 4,012 pesos por litro, que representa una suba de 5,6% en Capital y Gran Buenos Aires. En surtidores de Misiones o Formosa, el mismo combustible pasó a costar $4,259 el litro.
Ya no quedan naftas de tipo "premium" por debajo de los 4 pesos, al menos al norte del Río Colorado (en la Patagonia, los precios son más bajos). YPF también incrementó entre 1,3% y 5% el precio del gasoil Eurodiesel ($3,71 en Capital y un tope de $3,799 en la Región Noroeste). Traducido en el costo para el bolsillo, una carga de 45 litros de Fangio XXI en Capital pasó a costar $ 180,5, mientras que en una estación Shell, la misma carga de V-Power ahora sale $186,70. Shell había aumentado sus precios 24 horas antes.
En cuanto a la Súper XXI (representa 18,75% de las ventas totales de nafta, según la Secretaría de Energía), fuentes del mercado aseguraron que YPF podría determinar en forma "inminente" un ajuste similar al de la Fangio.
En YPF aseguraron desconocer el tema. "Somos los últimos que se enteran", dijeron voceros de la petrolera que hoy maneja el grupo Eskenazi. Los mismos voceros aseguraron que el incremento de 20 centavos en la nafta Fangio "fue porque no nos quedó otra alternativa, ya que estamos procesando todo el crudo que tenemos en el mercado interno".
El trasfondo de ese argumento es simple, aunque por corrección política nunca se dice en voz alta dentro de las petroleras: están aumentando los precios para ganar más dinero, desde ya, pero también vender menos combustible.
En el caso de YPF, sus voceros admitieron que tuvieron que priorizar la demanda de su red propia. "Hay una suba de la demanda de naftas que no nos logramos explicar, pero sigue subiendo, aún después de las vacaciones", agregaron en la petrolera. YPF le recortó a Dapsa, distribuidora que abastece a las estaciones de servicio "blancas", 50% de los despachos.
En el caso de Shell y Esso, dos petroleras especializadas en "downstream" (refinan el petróleo y lo venden, pero no lo producen), el argumento recurrente no es únicamente que compran el petróleo en dólares y venden el combustible en pesos. Aseguran que, además, para llegar a la refinación de nafta deben producir tal cantidad de fuel oil que les genera pérdidas, ya que habría un exceso de oferta, tanto local como importado desde Venezuela. Rosario Sica, titular de Fecra (entidad que reúne a estacioneros independientes y "blancos") dijo que pese al aumento de YPF generó cierto alivio en el sector, pero que "va a seguir habiendo un desabastecimiento parcial". Y le pidió al Gobierno una solución que arbitre para garantizar la provisión de combustible. "Le pedimos a la Presidente se baje del helicóptero y se suba a un auto", azuzó.
Texto www.clarin.com
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