Independiente cosechó una crucial victoria por 1-0 sobre Tigre en Victoria y sigue alimentando el sueño de bañarse en gloria en el Torneo Clausura. Si bien volvió a repetir irregularidades en su juego y pecó de mezquino en los últimos 15 minutos, el conjunto dirigido por Américo Gallego sumó de a tres por primera vez como visitante y quedó a un solo punto del líder Godoy Cruz.
No extrañó para nada el arranque frenético de Independiente, que mostró sus dientes finos desde el primer pitazo de Maglio. En la previa quedaba claro que las riendas del encuentro las podía llevar mejor el equipo visitante, el más audaz. La actitud especulativa que adoptó el Matador tampoco estuvo fuera de lo esperado.
El dominio de Independiente en la primera quincena de minutos se dio gracias a la buena movilidad de sus volantes externos, Busse y Fredes, quienes supieron conectarse con el desequilibrante Piatti y los delanteros Gandín y Silvera. A los 10, Maglio cobró penal por una mano de Blanco y le sirvió la oportunidad al visitante para cristalizar su superioridad. Pero Gandín no pudo vulnerar a Islas, que se adelantó y contuvo el remate. Poco después, el arquero le tapó un mano a mano al Chipi y volvió a frustrarlo.
En la mitad del periodo inicial, el partido sufrió un nítido quiebre. Independiente decidió abandonar la hiperactividad del comienzo y se durmió una larga siesta. Tigre puede pecar de mezquino pero jamás de inocente. Ante el cambio de actitud de su rival, los de Ricardo Caruso Lombardi asumieron una hegemonía total y, de la mano de los surcos que el zurdo Botta hizo a espaldas de Fredes, generaron media docena de chances para abrir el marcador.
La charla del Tolo en el vestuario pudo reactivar a su equipo en el complemento. Aún con altibajos, el Rojo (ya con Gracián por Busse) recuperó algo de profundidad. Cuando el reloj marcaba 12 minutos, Piatti fue hasta el fondo por derecha y, luego de enganchar, tiró un centro de zurda que Silvera recibió y envió a la red. Como en el principio del torneo, el Cuqui volvía a marcar dejar su sello con un gol clave.
Las carencias del Matador quedaron expuestas cuando debió ir a buscar el empate y dejó espacios atrás. Piatti, el mejor del visitante, armó una genial jugada desde la derecha hasta el centro y coqueteó con el segundo tanto, pero su remate de zurda se fue por arriba del travesaño. El ingreso del paraguayo Ayala fue la gran apuesta de Caruso Lombardi para ir por la igualdad. Como respuesta, el Tolo cerró filas con Vallés y Vittor.
Los últimos 10 minutos estuvieron signados por la desesperación de Tigre, que buscó con pelotazos para sus puntas, y la extrema cautela de Independiente, aferrado a su victoria con las dos manos. El final que decretó Maglio desató el desahogo del club de Avellaneda. El Rojo debe ser consciente de que necesitará mayor regularidad para acrecentar su gran sueño. Por ahora, le basta con una propuesta ofensiva y un Piatti decisivo cuando se ilumina.
Texto y foto www.tycsports.com
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