San Lorenzo se reencontró con la victoria cuando la escasez de resultados estaban presionando a Miguel Russo contra las cuerdas. Fue 3-1 ante Banfield, en el Nuevo Gasómetro, con algunos de los destellos de buen fútbol que tenía viejo San Lorenzo. El Taladro, por su parte, volvió a mostrar un rendimiento decepcionante y, aunque todavía está lejos de la zona de Promoción, los buenos resultados de los equipos de abajo lo dejan cada vez más al borde del abismo.
Banfield salió a la cancha dormido y los locales supieron cómo aprovecharlo. Apenas iban cinco minutos de juego cuando la defensa visitante realizó una serie de errores que culminaron con la apertura del marcador en los pies de Gastón Aguirre. La cara de Jorge Burruchaga lo decía todo: el DT, que durante la semana había intentado corregir los errores mostrándoles videos a sus jugadores, no podía creer cómo sus dirigidos seguían cometiendo las mismas falencias conceptuales.
El Ciclón lastimó por los costados, con Alejandro Gómez en la izquierda y Diego Rivero en la derecha, y también lo hizo con los delanteros Gonzalo Bergessio y Andrés Silvera, quien tuvo que salir lesionado en la primera etapa y sumó un nuevo dolor de cabeza para Russo. Además, el debutante Hilario Navarro fue toda una garantía en el arco local y no cometió errores: sobrio para descolgar centros, rápido en las salidas y atento ante cada remate de media distancia.
A los 32, y tras otro error defensivo de Banfield, Bergessio cruzó un zurdazo y puso el 2-0. La respuesta del visitante fue muy fría. O mejor dicho no hubo tal respuesta. El nerviosismo en los dirigidos por Burru se hizo patente en las discusiones entre Marcelo Bustamante y Nicolás Bertolo. Walter Erviti y el mencionado Bertolo, los encargados de generar fútbol en el equipo del Sur, se empecinaron en hacer la individual y se olvidaron que su equipo no está para darse esos lujos. El único que se salvó de la reprobación del público fue Maxi Bustos, una verdadera rueda de auxilio en el mediocampo.
Apenas empezado el complemento, Papu Gómez, la figura de la noche, sentenció el encuentro con un excelente disparo desde media distancia que se coló en el ángulo y dejó sin respuestas a Cristian Lucchetti. Entonces, Russo pensó en el encuentro copero que tendrá el Ciclón el miércoles, ante Libertad, y decidió mover el banco: afuera Bergessio y Gómez; adentro Chávez y Santana.
Los últimos minutos del encuentro tuvieron a un Banfield que intentó, más que nada por amor propio, ir en busca del descuento. Ante un equipo sin alma, sin juego y con diez hombres por la expulsión de José Devaca, la gente del visitante comenzó a reprocharle a sus jugadores por el rendimiento de los últimos partidos. A los 41, el uruguayo Silva, de cabeza, logró marcar. De todas maneras, la imagen que dejó el Taladro volvió a ser muy pobre. Y la de San Lorenzo, al menos por momentos, volvió a ser la de antes.
Texto y foto www.tycsports.com
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