El abismo que separó a Arsenal y Estudiantes en el primer tiempo del partido disputado en Sarandí le alcanzó y le sobró al conjunto local para imponerse por un categórico 3-1 y catapultarse a la cima del Torneo Clausura.
En esa impensada etapa inicial dio la impresión de que el local jugó solo, porque el Pincha remendado por el trajín de campeonato y Copa hizo agua en todos los sectores de la cancha y las libertades que cedió en cada zona de su defensa lo llevaron a irse al vestuario goleado y sin respuestas de ninguna índole.
Sin preludios, tras un córner desde la izquierda Jossimar Mosquera cabeceó por el primer palo para anotar el primero a los dos minutos de juego. Enseguida, Sebastián Carrera se perdió el segundo con otro testazo, y después Diego Galván, también de cabeza, protagonizó una de las escasas llegadas visitantes.
Pero a los 23,otra vez golpeó el conjunto de Daniel Garnero. En una acción rara, Luciano Leguizamón ejecutó un tiro libre desde la izquierda con todos en el área esperando el centro, la pelota pasó entre las piernas de Cristian Cellay, picó y se metió por el segundo palo.
La fiesta continuó entonces del lado local, que tuvo un mano a mano de Cristian Yacuzzi que tapó ariano Andújar y, a los 34, estiró la ventaja con el mismo Yacuzzi, que avanzó solo recostado por la izquierda y metió un sablazo de zurda a la derecha del arquero.
En el último tramo, Cristian Campestrini tuvo trabajo frente a un cabezazo de Ramón Lentini y un disparo de Matías Sánchez, pero luego debió esforzarse Andújar con un zapatazo de Cristian Pellerano desde afuera del área.
En el complemento, Arsenal pretendió dominar con autoridad pero terminó cediendo la pelota y mostrando una imagen opaca. Sin embargo, otra vez a los dos minutos se dio una situación determinante, con la expulsión de Agustín Alayes por protestarle al árbitro Javier Collado. Así, a los ingresos del inicio del período (el juvenil Cristian Gaitán y Leandro Benítez), Leonardo Astrada sumó la experiencia de José Luis Calderón, que les dio saludables aires a las intenciones del Pincha.
A los 17, Calderón habilitó en profundidad a Enzo Pérez para que éste defina con un toque por sobre la salida de Campestrini. El choque se inclinó entonces hacia el lado platense, que volvió a avisar con un mano a mano de Caldera que ahogó el guardameta. Pero los huecos traseros de Estudiantes no cesaron, y el ingresado Facundo Sava y Leguizamón se toparon con Andújar con sendos cabezazos.
Entonces, si aún continuaba apenas encendida la esperanza de los de Astrada en base a su voluntariosa aunque tímida reacción, a los 28 Diego Galván terminó por dilapidarla: por un exceso verbal, Collado le mostró la roja. Y diez hombres no son lo mismo que nueve.
Después de esa acción no hubo lugar para nada más. Arsenal había decidido hace rato no ir por un mayor premio y Estudiantes había atentado contra su propia ilusión.
Texto y foto www.tycsports.com
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