Se le había oscurecido el panorama a Estudiantes en la Copa Libertadores. Las derrotas como visitante hacían vislumbrar un complicado paso rumbo a los octavos de final. Pero resurgió el Pincha, y en una noche de gran fútbol, se deshizo claramente de Deportivo Quito por 4-0 y, con seis puntos, quedó segundo en el Grupo 5, a cuatro del líder Cruzeiro.
Se lo tomó como una final el equipo platense. Comenzó presionando y enseguida plasmó su superioridad en el marcador. Una buena jugada entre Enzo Pérez y Juan Sebastián Verón por derecha, terminó en un centro de la Bruja que dejó solo a Mauro Boselli abajo del arco, quien con un simple cabezazo puso el 1-0 a solo cuatro minutos del pitido inicial.
Y siguió manejando el partido a su antojo el Pincha. Con Pérez haciendo un surco por derecha, y Benítez como socio ideal de la Bruja por izquierda, la pelota iba de lado a lado mientras el conjunto ecuatoriano seguía sin encontrar el rumbo. Y el equilibrio llegaba con la inestimable ayuda de Rodrigo Braña, quien se movía como un limpiaparabrisas, cortando en los dos costados.
Y en otra de esas jugadas que despertaban el entusiasmo del público que copó el Ciudad de La Plata, la pelota le llegó a Benítez, entonces recostado por la derecha, el Chino vio un hueco donde nadie más, y con un gran pase dejó mano a mano a Boselli, quien no falló y con un remate cruzado puso el 2-0.
Pero siguió presionando el nuevo equipo de Alejandro Sabella, de auspicioso debut como entrenador. Y, tal como pregonó su DT desde la línea, siguió jugando la pelota por abajo y antes del descanso, tras un gran saque de arco de Mariano Andújar, Enzo Pérez se fue solo ante el arquero y definió exquisitamente para el 3-0. Y partido sentenciado.
La segunda mitad sirvió para que la gente se reconciliara con su equipo y para que el plantel comenzara a afianzarse con la idea de Sabella. Presión en campo contrario, juego por las bandas con Pérez y Marcos Angeleri por derecha, y Benítez y Cristian Cellay por izquierda, más la dirección, cada vez más precisa de Verón, quien determinó los destinos de todos los ataques Pinchas.
Además, las constantes diagonales de Gastón Fernández, que igual no redondeó una gran actuación, lastimaron permanentemente a la endeble defensa ecuatoriana. Y como si fuera poco, Boselli se reencontró con el gol, y antes del final, con un certero cabezazo puso el 4-0 definitivo que volvió a alimentar las esperanzas de la gente Pincha.
Ganó, goleó y gustó Estudiantes y encauzó su camino en esta Copa Libertadores. Ahora debe recibir a Cruzeiro y en la última visitará a Universitario en Sucre. Pero el proceso de la recuperación está en marcha, con buen fútbol y goles.
Texto y foto www.tycsports.com
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