Boca goleó como local a Argentinos por 3-0, en un partido correspondiente a la sexta fecha del Torneo Clausura. El Xeneize fue muy superior al Bicho y consiguió una victoria que lo pone a seis puntos del líder, Lanús, y con las chances intactas luego de un flojo arranque de campeonato.
En el comienzo del encuentro, el equipo de Carlos Ischia evidenció algunos problemas en el control de la pelota, pero rápidamente los corrigió y se hizo dominador. No llegó demasiado al arco de Sebastián Torrico, pero con el correr de los minutos la presión fue cada vez más sofocante.
Todas las miradas apuntaban a Juan Román Riquelme y el enganche respondió: estuvo enchufado, cerca de los delanteros, lejos de dar vueltas alrededor de Exequiel Benavídez y Fabián Vargas, y sin bajar a sacarle el balón a Julio Cáceres. Justo como lo pidió Diego Maradona.
En una de sus genialidades, el 10 pisó la pelota de un lado a otro con su sello característico, enganchó hasta encontrar el hueco y la picó por encima del arquero. El travesaño fue el que se interpuso al festejo, en la que fue la llegada más clara del Xeneize hasta el gol de cabeza de Juan Forlín.
A pesar de ser el dueño de las acciones, Boca tuvo algunas desatenciones en el fondo que pudieron haberle costado caro. Y el técnico volvió a equivocarse en ataque, porque Rodrigo Palacio estaba para jugar y sin un delantero por afuera perdió la chance de desequilibrar y llegar con sorpresa.
De todas formas, Martín Palermo y Luciano Figueroa -la dupla ofensiva por la que optó Ischia- tuvo un buen rendimiento. El máximo goleador en la historia del club se tuvo que tirar varias veces hacia atrás y perdió peso en el área, tal como lo hizo Lucho en algunos pasajes del partido.
A los 39 minutos llegó la apertura del marcador, con un frentazo de Forlín tras un corner muy bien ejecutado por Nicolás Gaitán. El defensor ganó con autoridad en el salto y marcó su tercer gol con la camiseta del Xeneize -los otros fueron ante Liga de Quito y Vélez-, todos de cabeza.
Ya sobre el cierre del primer tiempo, Boca alcanzó la segunda diferencia con un verdadero golazo. La jugada la inició Riquelme, continuó en los pies de Palermo y la cerró Figueroa con una gran definición que confirma su gran promedio -hizo seis tantos en 11 encuentros con la azul y amarilla-.
En el complemento las cosas no cambiaron demasiado: el equipo de Ischia tuvo el control del encuentro, quizá con menos profundidad, pero sin pasar sobresaltos. Lo de Argentinos fue sólo intentos desde lejos y un mano a mano del ingresado Andrés Romero que detuvo Roberto Abbondanzieri.
La goleada llegó cuando el Xeneize apuró y fue a los 35 minutos, después de una gran jugada colectiva. El taco de Riquelme habilitó a Facundo Roncaglia y un nuevo lujo de Palermo dejó sin marcas a Palacio, quien a poco de haber ingresado a la cancha puso la frutilla del postre.
La única preocupación de Boca será la lesión de Morel Rodríguez, pero nada podrá borrar la muy buena imagen dejada por el equipo y más que nada el partido de Riquelme. Es que Román, como siempre que se lo pone bajo la lupa, se agiganta y responde para dejar sin peso todas las dudas.
Texto y foto www.tycsports.com
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