Definitivamente, el Lanús de la Copa no es el mismo que el del Torneo Clausura. Así lo demostró esta noche en el Sur, donde cayó dolorosamente por 2-1 frente a Everton de Chile para seguir sin éxitos en la Libertadores, último en el Grupo 6 y complicarse todavía más de cara a la clasificación.
En los minutos iniciales los trasandinos complicaron. Con empuje y Matías Vidangossy y el argentino Ezequiel Miralles como puntos altos, encerró en el fondo al Granate, que no tuvo más remedio que pararse de contra hasta que pasara un vendaval que le impedía salir pero no llegaba con fuerza a los metros finales.
Así, con más voluntad que ideas, Lanús se acordó de que debía ser protagonista. Maximiliano Velázquez sacó de la galera un sablazo apenas alto, José Sand le quemó las manos al argentino Gustavo Dalsasso con un cabezazo, Sebastián Blanco pegó un tiro en el palo izquierdo del arquero tras un rebote y Santiago Hoyos también probó de cabeza y se topó con el uno.
De la mano de Blanco, Diego Valeri y Sand, los de Luis Zubeldía no sólo habían neutralizado los ánimos de su adversario sino que también habían pasado a dominar el desarrollo. No sorprendió entonces que, a los 27, Dalsasso tocara a Blanco en el área y Sand se enfrentara con la oportunidad de abrir el marcador desde los doce pasos.
Pero al Pepe le adivinó la intención el guardameta, que dio rebote hacia su derecha para que Santiago Biglieri defina al primer palo y festejara el primero. Enseguida podría haber tenido su revancha Sand, pero la pelota le pegó al arquero y despejó Alexis Rojas.
Sólo sobre el epílogo de la etapa la visita llegó con propiedad. Jadson Viera se equivocó y Roberto Gutiérrez remató desde la derecha, pero entonces apareció Carlos Bossio para salvar la situación.
Sin embargo, el segundo tiempo empezó con un Lanús dormido y apático. A los seis, tras un córner a su favor, Everton salió rápido, Gutiérrez pasó de derecha al medio y se perfiló para sacar un zurdazo alto y a la red frente a la salida de Bossio. En un instante, el conjunto argentino había derribado todo lo construido y debía empezar a remar de nuevo.
Aunque todos esperaban la reacción granate, ésta jamás llegó. Los del Sur nunca repitieron su buena imagen de la etapa anterior y, por el contrario, Chiquito Bossio tuvo trabajo frente a un cabezazo y un disparo del insistente Gutiérrez. Apenas el ingresado Diego Lagos se arrimó con un zurdazo desde la izquierda que, entre Dalsasso y el segundo palo, terminó malogrado.
Pero los minutos finales significarían el ocaso de la ilusión de Lanús. Miralles apareció solo por derecha y tapó Bossio, pero en la jugada siguiente otro argentino ingresado, José Luis Muñoz, aprovechó los desencuentros del fondo local, capturó un rebote en las puertas del área chica y batió al arquero con un tiro bajo y a su derecha. Iban 48 minutos.
La persiana del encuentro se bajó así entre el nerviosismo local y la enorme alegría visitante. Lanús sabe ahora que, para tener chances de seguir en carrera, deberá ganar los dos partidos que le quedan, ante Chivas en México y de local frente a Caracas de Venezuela. Nada fácil.
Texto y foto www.tycsports.com
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