En un partido atractivo, el arquero del Millonario se convirtió en la figura de la tarde con varias tapadas espectaculares. El equipo de Astrada jugó sin delanteros, no tuvo peso en el área rival y ahora apuesta todas sus fichas al Superclásico.El empate sin goles en el encuentro que protagonizaron Huracán y River es mentiroso. El partido no fue aburrido ni mucho menos. Un 3-3 hubiera quedado mucho mejor por cómo se dieron las cosas en el Ducó: las ocasiones de gol sobraron y, posiblemente, si no fueron concretadas fue por los planteos de ambos equipos, que saltaron a la cancha con varios creadores pero sin referentes de área. Así, ambos arqueros se convirtieron en las figuras de la tarde, aunque uno fue el sobresalió: Daniel Vega, quien ocupó el arco Millonario gracias a un cambio sobre la hora de Leonardo Astrada.
Fueron varias las particularidades que presentó River en su formación: Matías Almeyda como marcador central, Nicolás Domingo de número cinco y tres creadores, Gallardo, Ortega y Buonanotte. Fabbiani estuvo en el banco de suplentes y no ingresó ni un minuto. Así, quien cumplió el papel de punta fue Buonanotte. Pero al Enano le faltó pasta. Tanta pasta le faltó que se perdió tres oportunidades claras para abrir el marcador. La firmeza en defensa (al menos, el equipo estuvo más sólido que en las ocho fechas anteriores) fue uno de los aspectos a destacar. En el Globo, Luciano Nieto y Patricio Toranzo fueron los que manejaron los hilos de tres cuartos de cancha hacia adelante. Pero al igual que en River, faltó jerarquía en los metros finales, porque el Rengo Díaz está para crear, tal vez para probar desde afuera del área, pero no para pelear con los centrales. Durante los primeros 45 minutos del partido, Daniel Vega no fue demasiado recurrido pero las pocas veces que lo forzaron reaccionó bien.
En el complemento, Bolatti ganó protagonismo y, con él encendido, el equipo recuperó fluidez en la salida. De la misma manera que en la primera etapa, Toranzo sacó varios remates desde la puerta del área. Y todos se encontraron con la pared de Vega. Lucas Trecarichi, ingresado luego del entretiempo, pegó un tiro libre en el palo. Luego, el arquero les ahogó el grito a Bolatti, quien había disparado a quemarropa, y a Trecarichi, en un mano a mano. Rodrigo Díaz tuvo una chance más, y su remate cruzado de fue apenas desviado.
River jugó –o al menos trató de hacerlo- mientras Gallardo estuvo adentro de la cancha. Porque al Muñeco le falta ritmo, le falta físico, pero cuenta con la claridad mental de los cracks. Fue el que más entendió el juego en el Millonario, tocó de primera cuando tuvo que hacerlo y asistió a sus compañeros con toques en profundidad. Sobre el final, Bou tuvo el gol, pero al igual que Fabbiani ante San Lorenzo falló al probar con un taco. De todas maneras, River mostró algunos síntomas de recuperación y ahora esperará por el Superclásico con un poco más de optimismo.
Texto y foto www.tycsports.com
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