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jueves, 4 de febrero de 2010

Torneo Clausura 2010 - Chacarita 2 River Plate 3

El Millonario se impuso como visitante con dos goles de Ferrari (PT 20m y 27m) y otro de Bou (ST 36m), mientras que descontaron Grabinski (ST 31m) y Parra (ST 41m). En la última jugada del encuentro, Pompei le anuló mal un tanto al Funebrero. El equipo de Gamboa fue superior y mereció mejor suerte.

River derrotó como visitante a Chacarita por 3-2, en la cancha de Argentinos, por la segunda fecha del Torneo Clausura. El Millonario se recuperó tras la caída en el debut ante Banfield, mientras que el Funebrero no pudo prolongar la racha de cinco encuentros sin caídas.
El equipo que dirige Fernando Gamboa salió con mucha ambición y controló el trámite del encuentro. Todas las jugadas pasaron por los pies de Diego Morales, el más claro con la pelota, pero no hubo profundidad para generar peligro real sobre el arco que defendió Daniel Vega.
El gran problema de la visita estuvo en el medio, donde no pudo controlar el balón y se vio superado en todos los aspectos. La defensa conformada por tres jugadores evidenció algunas ventajas, pero Matías Almeyda se mostró firme como líbero y se encargó de ordenar la última línea.
A los 20 minutos llegó la acción que cambió el rumbo de la tarde: un error en la salida de Chacarita fue aprovechada por River y Paulo Ferrari, a quien le quedó la pelota cara a cara con Cristian Cejas, definió a la red. El Millonario no perdonó la distracción del Funebrero y sacó ventajas.
El gol desconcertó al local y su rival ganó en confianza. Estuvo cerca de ampliar la diferencia con una acción individual de Rogelio Funes Mori que terminó con un remate desviado y luego Rodrigo Rojas tuvo su chance, pero Cejas detuvo su disparo y en el rebote casi convierte de carambola.
Los nervios en los de San Martín continuaron y a los 27 minutos Ferrari anotó el segundo de su equipo y de su cuenta personal. Todo nació de una gran acción colectiva que terminó con un muy buen pase del paraguayo para el ex Rosario Central, que definió ante la inacción del arquero.
La reacción de Chacarita sobre el cierre del primer tiempo no le alcanzó para descontar antes de irse a los vestuarios. Estuvo cerca Nicolás Ramírez, con una media vuelta que salió apenas afuera, y un latigazo de Morales que obligó a Vega a estirarse para mantener el cero en su valla.
En el complemento, el Funebrero salió con todo para llevarse por delante al Millonario. En dos jugadas casi calcadas, el ingresado Sergio Ponce y Morales pifiaron el cabezazo cuando estaban sin marca y a metros del arco, en lo que fueron las primeras de las varias chances concretas perdidas.
Los de Núñez continuaron con su idea de permanecer ordenado y tratar de aprovechar alguna contra. Mientras tanto, las falencias de los de Gamboa en la definición y Vega junto a sus defensores siguieron aguantando como podían las arremetidas cada vez más peligrosas del rival.
Finalmente, a los 31 minutos llegó el descuento tan buscado que le dio suspenso a la tarde de La Paternal. A la salida de un tiro de esquina desde la derecha, Facundo Parra bajó la pelota de cabeza hacia el medio para que Cristian Grabinski metiera el frentazo letal que terminó adentro del arco.
La desesperación por encontrar el empate dejó algunos espacios en el fondo y River lo aprovechó al máximo. A los 36, y luego de un nuevo error de Omar Zarif, el ataque comandado por Rodrigo Rojas -la figura del encuentro- derivó en el mano a mano que el ingresado Gustavo Bou no falló. Parecía que la historia estaba liquidada, pero Parra volvió a descontar cuando restaban cinco minutos para el cierre y extendió un poco más la incertidumbre. El delantero ganó de arriba y conectó de cabeza un nuevo tiro de esquina desde la derecha para dejar sin chances a Vega.
En el descuento parecía que el Funebrero lo podía llegar a empatar e incluso en la última jugada del partido lo hizo, con un nuevo frentazo de Parra, pero Juan Pablo Pompei lo anuló por una falta previa inexistente. Así, la polémica se adueño del final del partido y llegaron las protestas de los de San Martín.
El pitazo final desató el desahogo de River, que consiguió aire en una tarde que parecía más tranquila de lo que fue. En Chacarita quedó el lamento de haber merecido más, de aquel tanto invalidado de manera injusta y de los puntos que en esta lucha por no descender son vitales como el agua.
Texto www.tycsports.com

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