Grecia y Japón igualaron 0-0 en Natal por la segunda fecha del Grupo C y quedaron al borde de la eliminación. El resultado reflejó la carencia de ideas del conjunto asiático, que tuvo un hombre de más durante más de 60 minutos, y la falta de audacia del equipo europeo, que sostuvo una clara postura defensiva de principio a fin. Agradeció Colombia.
Llamados a ser actores de reparto del Grupo C, Japón y Grecia no se salieron de su rol y armaron un insípido empate por la segunda fecha de la Copa del Mundo que dejó a ambos al borde de la eliminación. En Natal, el duelo entre los dos equipos más flojos de la zona terminó 0-0 y dejó un sabor a derrota en ambos, pero sobre todo en los asiáticos, que fueron más audaces y jugaron más de una hora con un hombre más por la expulsión de Katsouranis, pero no supieron llegar al gol.
El apremio de los dos por obtener un buen resultado solo se reflejó en la actitud de Japón, que de entrada mostró mayor ambición y salió a presionar al conjunto europeo. Este, en contrapartida, decidió replegar sus líneas cerca del arco defendido por Orestis Karnezis y apostar a alguna contra del solitario Konstantinos Mitroglou, reemplazado luego por lesión por Theofanis Gekas. Las buenas intenciones de los de Zaccheroni chocaron una y otra vez contra el muro de hombres griegos y apenas con algunos remates lejanos lograron merodear el gol.
La clara tendencia se acentuaría a partir de los 37 minutos, cuando Konstantinos Katsouranis vio la segunda amarilla por cortar una posible contra y dejó a su equipo con 10. Sin embargo, inmediatamente después de la expulsión, Torosidis tuvo la más clara del primer tiempo, pero su gran remate fue notablemente rechazado por el arquero Eiji Kawashima. Los 45 iniciales se consumieron dejando en evidencia las carencias de unos y las pocas ambiciones de otros.
El complemento no varió en su esencia, pero sí aumentó en intensidad. El punto no era suficiente para ninguno y por eso el vértigo se incrementó y los arqueros ganaron en protagonismo. Primero fue Kawashima, quien rechazó muy bien un cabezazo de Gekas a la salida de un córner, pero luego fue el turno de Karnezis y sus defensores de sacar todo lo que cayera al área como pudiesen. Japón dejó de lado la prolijidad y empezó a asediar el área griega. Lastimando por afuera, el conjunto asiático lo pudo haber ganado, pero las pocas claras que logró generar fueron desperdiciadas por sus ineficaces hombres de ataque.
El 0-0 terminó siendo un castigo más que justo para dos equipos que dejaron en claro que su nivel no se corresponde con el de una segunda ronda de un Mundial. Por eso, salvo que suceda una inesperada sucesión de resultados, ambos estarán emprendiendo pronto el camino de regreso a casa. Grecia se jugará a un milagro cuando enfrente a Costa de Marfil, y Japón hará lo propio cuando se mida ante Colombia el próximo jueves. Con el equipo ya clasificado, tanto unos como otros deberían ganar por una buena diferencia y esperar un resultado favorable en el otro encuentro. Visto lo de hoy, el diagnóstico no es muy alentador para ninguno.
El apremio de los dos por obtener un buen resultado solo se reflejó en la actitud de Japón, que de entrada mostró mayor ambición y salió a presionar al conjunto europeo. Este, en contrapartida, decidió replegar sus líneas cerca del arco defendido por Orestis Karnezis y apostar a alguna contra del solitario Konstantinos Mitroglou, reemplazado luego por lesión por Theofanis Gekas. Las buenas intenciones de los de Zaccheroni chocaron una y otra vez contra el muro de hombres griegos y apenas con algunos remates lejanos lograron merodear el gol.
La clara tendencia se acentuaría a partir de los 37 minutos, cuando Konstantinos Katsouranis vio la segunda amarilla por cortar una posible contra y dejó a su equipo con 10. Sin embargo, inmediatamente después de la expulsión, Torosidis tuvo la más clara del primer tiempo, pero su gran remate fue notablemente rechazado por el arquero Eiji Kawashima. Los 45 iniciales se consumieron dejando en evidencia las carencias de unos y las pocas ambiciones de otros.
El complemento no varió en su esencia, pero sí aumentó en intensidad. El punto no era suficiente para ninguno y por eso el vértigo se incrementó y los arqueros ganaron en protagonismo. Primero fue Kawashima, quien rechazó muy bien un cabezazo de Gekas a la salida de un córner, pero luego fue el turno de Karnezis y sus defensores de sacar todo lo que cayera al área como pudiesen. Japón dejó de lado la prolijidad y empezó a asediar el área griega. Lastimando por afuera, el conjunto asiático lo pudo haber ganado, pero las pocas claras que logró generar fueron desperdiciadas por sus ineficaces hombres de ataque.
El 0-0 terminó siendo un castigo más que justo para dos equipos que dejaron en claro que su nivel no se corresponde con el de una segunda ronda de un Mundial. Por eso, salvo que suceda una inesperada sucesión de resultados, ambos estarán emprendiendo pronto el camino de regreso a casa. Grecia se jugará a un milagro cuando enfrente a Costa de Marfil, y Japón hará lo propio cuando se mida ante Colombia el próximo jueves. Con el equipo ya clasificado, tanto unos como otros deberían ganar por una buena diferencia y esperar un resultado favorable en el otro encuentro. Visto lo de hoy, el diagnóstico no es muy alentador para ninguno.
Texto y foto www.tycsports.com
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Fotos www.tycsports.com
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