El partido fue muy pobre y el 0-0 los calificó. El seleccionado nacional estuvo un poco más cerca en la segunda etapa y pudo ganarlo en el descuento a través de Messi, mientras que los de Dunca se fueron reprobados. Ninguno pudo sumar de a tres en la vuelta de las Eliminatorias.Los flojos presentes futbolísticos de ambos equipos y la posibilidad de que explote una crisis en caso de una derrota, especialmente en el local, provocaron que Argentina y Brasil salieran a jugar el encuentro con el primer objetivo de no perder. Por eso, los dos priorizaron la marca y el orden, carecieron de sorpresa y profundidad y redondearon un juego digno de dos selecciones de escaso nivel mundial. El 0-0 los calificó.
Se especulaba que en Belo Horinzonte Basile iba a dejar atrás la línea de tres para regresar a la tradicional formación defensiva. Sin embargo, el Coco apostó nuevamente por tres zagueros (Burdisso, Coloccini y Heinze) que se mostraron lentos ante cada esporádico avance brasileño, marcaron en línea y sufrieron por la derecha, a las espaldas de Zanetti.
Argentina repitió los mismos errores que ante Ecuador: no tuvo cambio de ritmo, careció de salida por los costados, especialmente por el lado de Zanetti, Messi y Riquelme jugaron a 40 metros del arco y así Cruz, impreciso y solitario, pasó inadvertido durante los primeros 45m. Jonás Gutiérrez, con una alguna corrida por la izquierda, fue lo más importante dentro de un contexto más que pobre.
El ingreso de Gago por Verón le alivió a Mascherano el trabajo en la marca, pero se perdió en salida clara desde la mitad de la cancha y verticalidad. Los conducidos por Basile abusaron del pase intrascendente hacia los laterales, llegaron con muy poca gente al área y la pelota parada fue la principal esperanza.
Brasil, atacado y sin confianza, tuvo dos claras para abrir el marcador. En la primera Abbondanzieri realizó una gran atajada ante Baptista y en la otra el arquero salió mal y lejos y no de ser porque Robinho se demoró podría haberlo pagado muy caro. La única chance del representativo nacional fue un pelotazo de Coloccini que encontró sólo a Messi y la Pulga definió muy mal.
El complemento siguió con la misma tónica: Argentina tenía la pelota y Brasil esperaba por una contra. Antes del cuarto hora el seleccionado nacional erigió la mejor maniobra en ataque, que terminó con una habilitación de Riquelme a Cruz y un remate por arriba del travesaño del Jardinero. La respuesta de los de Dunga fue un tiro libre de Baptista, que encontró una buena respuesta de Abbondanzieri.
Con el correr de los minutos se multiplicaron las imprecisiones y por el cansancio empezaron a dejar algunos huecos. Messi se escapó otra vez por la izquierda y volvió a pegarle mal, Riquelme remató débil desde el borde del área y luego Abbondanzieri se mostró nuevamente seguro ante un disparo de Baptista.
Argentina crecía de la mano de Gago y Mascherano, Riquelme y Messi se adueñaban de la pelota pero el déficit seguía siendo la poca cantidad de gente para acompañar al delantero de punta, que ahora era Agüero. Brasil, impotente, era reprobado por su gente. Battaglia por Riquelme, un cambio que evidenció lo pretendía Basile y en la última la Pulga pudo haberlo ganado. Salieron a no perder y cumplieron el objetivo.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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