Hace rato que Paraguay es el tercero en discordia, pero también se permite pluses como el de esta tarde: una actuación fabulosa ante Brasil, al que borró de la cancha pese a jugar con un hombre menos durante todo el segundo tiempo. La figura fue Salvador Cabañas, autor del segundo gol más dos disparos en los postes y variados toques de distinción, pero el equipo de Gerardo Martino en conjunto demostró con creces por qué es el único líder de las Eliminatorias Sudamericanas.
Tras un lapso inicial de estudio, donde reinó la fricción y no hubo claridad, Paraguay inclinó ostensiblemente la balanza en su favor. Cabañas avisó primero con un derechazo cruzado que se estrelló contra el poste derecho y, enseguida, Santa Cruz empujó al gol un tiro de esquina ejecutado por Barreto y trabajado con una maniobra de distracción de la estrella del América de México en el primer palo.
Paraguay defendió la ventaja con suficiencia. Tuvo concentración, solidaridad y criterio táctico para cubrir los espacios e impedir que Brasil lo lastimara. El Scratch exhibió una versión muy pobre. En el primer tiempo apenas avisó con una arremetida de Luis Fabiano y Robinho en una misma jugada abortada por Villar. Y en el complemento, cuando tuvo superioridad numérica, solo preocupó con disparos desde afuera del área, a través de Maicon y Anderson.
Parecía que el panorama se le iba a complicar a Paraguay a partir de la expulsión de Verón, por doble amarilla. Pero no. Al minuto, Santa Cruz capitalizó una desconcentración del fondo brasileño, se escapó con pelota dominada por el sector izquierdo del ataque, sacó el zurdazo que fue devuelto al medio por Julio César y, en el rebote, Cabañas metió la punta del botín derecho y colocó el 2-0.
Con una buena ventaja a su favor, Paraguay concentró sus energías en mantener el equilibrio e intensificar las marcas. Entonces crecieron las labores de Santana y los marcadores centrales, Julio César Cáceres y Da Silva. Brasil jamás llegó a inquietarlo demasiado y los 3.000 torcedores que estuvieron en el Defensores del Chaco se unieron en un único grito: “Fora Dunga”, pidiendo la salida del entrenador. Llegó el final y encontró a Paraguay convencido de que puede ser más que cualquiera. En contrapartida, Brasil perdió el invicto y sumó una seria preocupación de cara al duelo con la Argentina, el miércoles, en Belo Horizonte.
Texto y foto http://www.tycsports.com.ar/
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