Independientemente de quién haya hecho el mejor negocio y de cómo se resuelva esta primera fase, Lanús y Estudiantes no podrán olvidar el partido que jugaron esta noche en el Sur. Típico duelo copero, en el que el premio en juego afloró por fin saludables audacias para sepultar mezquindades, fueron 90 minutos en los que pasó de todo. Los dos conocieron la gloria y devoto en algún momento, presas de un resultado cambiante. Regalaron vibraciones por doquier en una lluvia de goles. Hubo polémicas determinantes, lesionados, expulsados… De todo. A Estudiantes le cayó mejor el empate porque salió indemne de un penal en contra en la última jugada, sigue liderando el grupo y para seguir en la Libertadores le bastará con un empate como local ante Deportivo Cuenca, de Ecuador. Lanús perdió una gran oportunidad para sentenciar su clasificación a octavos y por eso se lamentó, aunque para cumplir el objetivo le alcanzará con no perder en Montevideo, frente a Danubio.
Aún estaban acomodando las piezas y perfilando estrategias cuando Lanús se encontró con dos goles de ventaja. A los 10, Blanco metió un envenenado centro desde la izquierda y Sand, luego de frenar la pelota con ambos brazos sin que Lunati observara nada, definió con un zurdazo fuerte y alto. Enseguida, en el minuto 15, Acosta se le escapó a Desábato por derecha y se equivocó en el pase adentro, Andújar no pudo retener, Desábato no rechazó, Angeleri se durmió y Valeri capitalizó el concierto de errores para colocar el 2-0.
Parecía que Lanús, que a esa altura ya exhibía su mejor versión desde que se coronó en el Clausura, iba a reencontrarse con las grandes alegrías. Pero Estudiantes no es un equipo más: se sabe fuerte, jamás se da por vencido y vivió eso de reponerse ante la adversidad. Y en tres minutos alcanzó la igualdad. A los 21, Desábato quemó la red con un cabezazo franco tras un tiro de esquina ejecutado por Benítez. Y a los 23, el propio volante zurdo le sacó jugo a su deliciosa pegada y dejó quieto a Bossio para clavar la igualdad.
Fueron minutos en los que cada acierto y cada error terminaron en la red de ambos arcos, sin escalas, treguas ni perdones. Ya se había trazado un partido espectacular y abierto a más emociones. Antes del final del primer tiempo, Lunati volvió a equivocarse y le mostró la segunda amarilla a Alayes, condicionando el desarrollo para la segunda etapa.
Con uno menos y sin Piatti, que se retiró lesionado cuando promediaba la primera mitad, Estudiantes también perdió a Lazzaro por una dolencia, pero igualmente salió a flote. Entre Salgueiro y el ingresado Maggiolo armaron un jugadón y asistieron a Moreno y Fabianesi, quien batió a Bossio con un zurdazo desde la medialuna, a los 15 minutos. Con ímpetu, garra y una buena dosis de heroismo, Estudiantes lo daba vuelta.
Lanús no se derrumbó ante semejante golpe. Y a los 32, Sand le colocó un gran pase a Acosta, quien recibió habilitado por Moreno y estampó el empate con un zurdazo cruzado. Y el juvenil delantero se erigió definitivamente en la figura del encuentro cuando se jugaba el tiempo adicionado y los locales ya habían padecido la expulsión de Hoyos por agresión a Maggiolo. Una vez más, hizo pesar su extraordinaria velocidad y fabricó un penal de Andújar, quien apenas lo tocó. Sand cobró la pena, el arquero atajó y en una segunda chance, con todas las facilidades en el rebote, el correntino se perdió el gol de manera insólita.
Recién entonces un desarrollo parejo diferenció semblantes. Lanús lo lamentó más, aunque los dos quedaron bien perfilados. El fútbol, agradecido.
Texto y foto www.tycsports.com
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