Anticipo...
Pura efectividad, la Albiceleste comienza con una victoria el ciclo de Alejandro Sabella. El combinado nacional supo sacar provecho de sus numerosas cartas ofensivas -Angel Di María, Lionel Messi y Gonzalo Higuaín- enfrentando a una defensa muy floja, así como de las dificultades de los trasandinos para resolver las jugadas aún ante los momentos más dubitativos del fondo local.
Di María fue un dolor de cabeza constante para la Roja por el costado izquiedo, convirtiéndose en una salida veloz y eficaz. Así lo demostró desde muy temprano: a los siete minutos, apareció en un avance rápido y habilitó hacia la derecha a Higuaín para que le rompiera el arco por el primer palo a Claudio Bravo. En la primera emoción seria, Argentina golpeaba a fondo.
Pero después, los argentinos empezaron a perder la posesión del balón en el medio, Rodrigo Braña comenzó a tener que jugar más fuerte y la sociedad Jorge Valdivia y Matías Fernández a juntarse con peligrosidad. Humberto Suazo tuvo su chance desde lejos y sin puntería ante la desatención local, aunque luego los de Sabella se decidieron a atacar buscando el error chileno y Jean Beausejour le tuvo que sacar una pelota de atrás a Messi cuando quedaba mano a mano con Bravo.
Y enseguida, a los 25, el Pipita habilitó en profundidad a la Pulga para que defina bajo y a la derecha del arquero para el segundo. El gol calmó los ánimos de los de Claudio Borghi, que vieron cómo su esfuerzo anterior había sido en vano y se retrasaron cediéndole el control a la Argentina. Cerca del descanso, sin embargo, Suazo tuvo otra chance al pasar entre tres defensores y definir afuera.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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