Vélez jugó frente al duro Arsenal uno de sus mejores partidos de la temporada. Ganó, gustó y goleó en Liniers. Volvió a encontrar ese funcionamiento fluido que lo transformó en uno de los mejores equipos del fútbol argentino, se impuso por 3-0 y avisó que también dará lucha en el torneo Clausura. Y no hizo más goles porque falló en la definición.
El partido tardó en asentarse y los se mostraron imprecisos en el comienzo. El local trató de transformarse en el dominador, pero la visita presionó bien en la mitad de la cancha, lo complicó en la salida y hasta merodeó sin peligro el arco defendido por Barovero. Pero el Fortín se acomodó a partir del cuarto de hora y a partir de ese momento se convirtió en el dueño del encuentro.
La movilidad de Maxi Moralez, Silva, Martínez y Álvarez y su toque en corto se impuso con el correr de los minutos, aunque al elenco de Gareca le costó generar chances claras. La primera llegó con un remate elevado de Ricky, y la segunda, a los 23, fue el gol de penal de Silva. Lisandro López la tocó innecesariamente con la mano y el uruguayo la clavó arriba para el 1-0.
Quizás no merecía la ventaja en ese momento, pero la justificó durante el resto de la primera parte con la tenencia de la pelota y la facilidad para recuperarla ante un rival estático, que se pinchó totalmente luego del cuarto de hora. Para colmo, a los 35, Moralez ejecutó un córner, Óbolo no la pudo tocar, Caffa la peinó y Álvarez anotó el 2-0 con un rebote involuntario.
El complemento fue un festival de Vélez, que dominó el campo y la pelota y se floreo ante un rival apagado, dormido y desanimado. Las diferencias individuales y colectivas quedaron en evidencia y la gente de Liniers terminó de pie, aplaudiendo a sus jugadores. A los 7, Moralez desbordó por la izquierda y Augusto Fernández, totalmente solo, cabeceó por arriba del travesaño. Avisó.
A compás de Álvarez, sinónimo de salida clara, gambeta y recuperación, el Fortín creció con el correr de los minutos hasta redondear una actuación muy sólida. A los 15, Silva se animó desde la medialuna y su remate pasó muy cerca. Y dos más tarde, tras una atajada de Campestrini ante Canteros, el Burrito Martínez decretó el merecido 3-0 con un excelente zurdazo.
El Tanque uruguayo pudo haber ampliado la cuenta, pero falló en un clarísimo mano a mano frente a Campestrini, que tapó con un pie. El resto estuvo de relleno, aunque Arsenal buscó, sobre todo por arriba, y contó con alguna que otra aproximación de Óbolo. En definitiva, Vélez logró una victoria importante y acrecentó la ilusión de sus hinchas.
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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