La Pulga marcó tres goles, el último de antología, para la victoria por 4-3 en un amistoso inolvidable ante el clásico rival. El seleccionado de Sabella, que estuvo dos veces en desventaja, también anotó por medio de Federico Fernández (ST 30m). Los gritos de la Verdeamarela fueron de Romulo (PT 22m), Oscar (ST 10m) y Hulk (ST 26m).
Argentina superó a Brasil por 4-3, en un partido amistoso disputado en Nueva Jersey. La fecha libre de las Eliminatorias Sudamericanas le dio la chance a la Albiceleste de enfrentar a su clásico rival, que presentó una alineación Sub 23 de cara a los Juegos Olímpicos, en un duelo que tuvo a un actor principal: Lionel Messi.
El encuentro fue vibrante, con dos equipos potentes en ataque y muy flojos en defensa. Las presencias de la Pulga y Neymar se destacaron por sobre el resto en un verdadero partidazo entre los dos seleccionados más importantes de Sudamérica.
La figura de Santos marcó la diferencia en el inicio y estuvo cerca de abrir el marcador con un remate cruzado que salió cerca. Luego se lo perdió Hulk, en la primera de sus tres chances claras de la etapa inicial: tuvo dos mano a mano que tapó Sergio Romero y en la otra eludió al arquero, pero demoró mucho en la definición.
Los avisos de los dirigidos por Mano Menezes dieron sus frutos a los 22 minutos, con un gol de Romulo. La defensa marcó en línea frente a un tiro libre en contra, Romulo consiguió romper el intento argentino de dejar a sus rivales en posición adelantada y luego sólo tuvo que definir.
La ventaja llenó de confianza a Brasil, que continuó con la supremacía y tuvo a un Neymar intratable cada vez que tomaba la pelota. Sin embargo, en ese momento crítico apareció la figura de Messi para modificar la realidad de un equipo entero y dar vuelta la historia.
La Pulga recibió un pase de Gonzalo Higuaín y aprovechó las fallas defensivas para quedar frente a Rafael y poner a los 30 minutos el balón junto a un palo. El astro de Barcelona hizo una gran pared con Di María a los 33 y, nuevamente ante una defensa que se abrió, terminó la jugada con una definición similar a la de Claudio Caniggia en el Mundial ´90 ante el mismo rival.
En el complemento las cosas no cambiaron demasiado: un ida y vuelta electrizante, con muchos espacios en los ataques de cada uno de los seleccionados y demasiadas dudas atrás. La potencia de Hulk para complicar de un lado y las chances de Di María e Higuaín del otro.
A los 10 minutos, Damiao la aguantó de espaldas al arco y se la devolvió a Oscar para que ingresara en medio de una defensa estática y pusiera la paridad. Los dos habían encontrado un equilibrio, pero un error grosero de Romero en un centro le dejó servido el gol a Hulk a los 26.
El ingreso de Sergio Agüero -su salida para que entrara José Sosa había sido la única variante en relación al choque con Ecuador- dio resultados de inmediato. El Kun comandó una acción que terminó en tiro de esquina y desde allí ganó en lo alto Federico Fernández para poner a los 30 otra vez las cosas iguales.
La frutilla del postre se dio a los 38 minutos, cuando Messi tomó la pelota a la altura de la mitad de cancha sobre la derecha. Desde aquel sector arrancó una corrida como las que tiene acostumbrado en Barcelona y cerca de pisar la media luna sacó un zurdazo impecable que se clavó en un ángulo.
La expulsión de Ezequiel Lavezzi, quien había ingresado un instante antes, sólo quedará como anécdota. El final del partido desató el festejo celeste y blanco, en un amistoso que quedará para el recuerdo. Especialmente, para el mejor jugador del mundo.
Texto y fotos www.tycsports.com
El encuentro fue vibrante, con dos equipos potentes en ataque y muy flojos en defensa. Las presencias de la Pulga y Neymar se destacaron por sobre el resto en un verdadero partidazo entre los dos seleccionados más importantes de Sudamérica.
La figura de Santos marcó la diferencia en el inicio y estuvo cerca de abrir el marcador con un remate cruzado que salió cerca. Luego se lo perdió Hulk, en la primera de sus tres chances claras de la etapa inicial: tuvo dos mano a mano que tapó Sergio Romero y en la otra eludió al arquero, pero demoró mucho en la definición.
Los avisos de los dirigidos por Mano Menezes dieron sus frutos a los 22 minutos, con un gol de Romulo. La defensa marcó en línea frente a un tiro libre en contra, Romulo consiguió romper el intento argentino de dejar a sus rivales en posición adelantada y luego sólo tuvo que definir.
La ventaja llenó de confianza a Brasil, que continuó con la supremacía y tuvo a un Neymar intratable cada vez que tomaba la pelota. Sin embargo, en ese momento crítico apareció la figura de Messi para modificar la realidad de un equipo entero y dar vuelta la historia.
La Pulga recibió un pase de Gonzalo Higuaín y aprovechó las fallas defensivas para quedar frente a Rafael y poner a los 30 minutos el balón junto a un palo. El astro de Barcelona hizo una gran pared con Di María a los 33 y, nuevamente ante una defensa que se abrió, terminó la jugada con una definición similar a la de Claudio Caniggia en el Mundial ´90 ante el mismo rival.
En el complemento las cosas no cambiaron demasiado: un ida y vuelta electrizante, con muchos espacios en los ataques de cada uno de los seleccionados y demasiadas dudas atrás. La potencia de Hulk para complicar de un lado y las chances de Di María e Higuaín del otro.
A los 10 minutos, Damiao la aguantó de espaldas al arco y se la devolvió a Oscar para que ingresara en medio de una defensa estática y pusiera la paridad. Los dos habían encontrado un equilibrio, pero un error grosero de Romero en un centro le dejó servido el gol a Hulk a los 26.
El ingreso de Sergio Agüero -su salida para que entrara José Sosa había sido la única variante en relación al choque con Ecuador- dio resultados de inmediato. El Kun comandó una acción que terminó en tiro de esquina y desde allí ganó en lo alto Federico Fernández para poner a los 30 otra vez las cosas iguales.
La frutilla del postre se dio a los 38 minutos, cuando Messi tomó la pelota a la altura de la mitad de cancha sobre la derecha. Desde aquel sector arrancó una corrida como las que tiene acostumbrado en Barcelona y cerca de pisar la media luna sacó un zurdazo impecable que se clavó en un ángulo.
La expulsión de Ezequiel Lavezzi, quien había ingresado un instante antes, sólo quedará como anécdota. El final del partido desató el festejo celeste y blanco, en un amistoso que quedará para el recuerdo. Especialmente, para el mejor jugador del mundo.
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