El conjunto de Gustavo Alfaro ganó por 1-0 en Sarandí con gol de Lisandro López (PT 27m) y, como empató Tigre, inauguró su vitrina de Primera División con el Torneo Clausura. El Pirata terminó con nueve por las expulsiones de Luciano Lollo y Claudio Pérez.
Llegó el gran día para Arsenal. El equipo de Sarandí, de joven tradición en el fútbol grande de la Argentina, ya había irrumpido con fuerza en el plano internacional entre 2007 y 2008 con sus consagraciones en la Copa Sudamericana y Suruga Bank, pero aún le faltaba un título local. Esta tarde se sacó la espina. Venció por 1-0 a Belgrano con autoridad y, favorecido por la igualdad de Tigre con Independiente, festejó a lo grande ante su gente.
El conjunto de Gustavo Alfaro salió a jugar como se esperaba, sin esquivar la presión y buscando la ventaja con juego y decisión. Carlos Carbonero y Emilio Zelaya fueron sus cartas más peligrosas ante un fondo visitante que no conseguía recuperar el balón.
El conjunto de Gustavo Alfaro salió a jugar como se esperaba, sin esquivar la presión y buscando la ventaja con juego y decisión. Carlos Carbonero y Emilio Zelaya fueron sus cartas más peligrosas ante un fondo visitante que no conseguía recuperar el balón.
Zelaya avisó en el inicio, una vez por la derecha y otra por la izquierda, pero su falta de puntería primero y Juan Carlos Olave después le ahogaron el grito. Lucas Melano respondió para los cordobeses exigiendo a Cristian Campestrini, y luego Olave volvió a aparecer ante un tiro desde afuera de Zelaya.
Hasta que, a los 27 minutos y cuando en Victoria ya ganaba el Matador, Luciano Leguizamón ejecutó desde la derecha un córner al corazón del área y Lisandro López remató fuerte y al ángulo izquierdo del arquero, quien alcanzó a desviar la pelota sin evitar su destino de red.
El tanto llevó justicia a la tarde del Viaducto, aunque el desarrollo permaneció planteado de forma similar. Olave debió volver a la acción frente a Carbonero, y el Pirata permanecía agazapado a la espera de alguna contra esporádica, como en la que Andrés Silvera remató cruzado pero se encontró con Campestrini.
El complemento empezó con un trámite más parejo, aunque a los 11 Luciano Lollo vio la roja en el Celeste y facilitó el juego del local, que entonces pudo desplegar su mejor estrategia: controlar lejos de su arco aprovechando las limitaciones rivales. Olave debió actuar frente a Carbonero, pero poco más sucedió.
La accion del segundo período se trasladó entonces a las tribunas, desde donde llegaron los gritos de los dos goles de Independiente que se encargaron de dejar al Arse solo frente a su chance de consagrarse. Cerca del desenlace, Tigre empató, y lo que sucedía en la Zona Norte continuaba impactando en la acción del Sur.
Al pitazo final de Pablo Lunati le siguió una explosión de emociones, aún con la tensión de que en Victoria se jugaba el descuento. Pero nada cambió y la fiesta se hizo interminable. Arsenal ya se había metido en la elite de la historia.
Texto y foto www.tycsports.com
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