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sábado, 9 de agosto de 2008

Rosario Central 2 Estudiantes (LP) 1

El Canalla festejó en el Gigante de Arroyito con goles de Emilio Zelaya (PT 4m), Alexis Danelón (PT 9m) y el Kily González (ST 5m). Mauro Boselli (PT 40m y ST 6m) hizo los descuentos del Pincha, uno de ellos un golazo de mitad de cancha.

Un verdadero partidazo protagonizaron este sábado en el Gigante de Arroyito Rosario Central y Estudiantes con triunfo por 3-2 para el Canalla, cuyos hinchas terminaron la noche en medio de un delirio con la esperanza de pelear el torneo como bandera.
Es que, a priori, el favorito para llevarse el partido era el Pincha, circunstancialmente sin Juan Sebastián Verón, pero con el mote de equipo mejor reforzado del campeonato. Sin embargo, el que siempre tuvo los impulsos de ir a buscar el partido fue el local, en el que Ezequiel González cumplió un rol fundamental a la hora de generar volumen de juego.
Un instante después de que Emilio Zelaya avisara con un remate que tapó Mariano Andújar, a los cuatro minutos, el Equi metió el pase en profundidad por derecha para que Zelaya defina al primero. Enseguida, a los nueve, Leonardo Borzani habilitó a Alexis Danelón para que éste ingrese al área por derecha y aumente la brecha.
En lo que siguió, el dominador continuó siendo el conjunto de Vitamina Sánchez, aunque haya levantado el pie del acelerador. No obstante, permitió un cabezazo de Diego Braghieri que tapó Andújar y, a los 40, el descuento: Iván Moreno y Fabianesi combinó con Leandro Benítez y éste la tocó para la entrada y el remate alto y preciso de Mauro Boselli.
Antes del descanso, el Equi González volvió a acarrear peligro con un tiro libre apenas alto, aunque la ampliación de la ventaja rosarina llegaría a los cinco del complemento, cuando Cristian González recibió un rechazo y clavó un sablazo alto y a la izquierda de Andújar desde 30 metros. Pero no hubo tiempo de digerir este golazo porque enseguida lo opacó otro: Estudiantes movió del medio, la tocaron para Boselli y el ex Boca se despachó con un zapatazo que se estrelló directamente en la red de Jorge Broun.
Tantas emociones le agregaron vértigo al desarrollo, que siguió con menos claridad aunque con generosas cuotas de intensidad. El final llegó con el desahogo rosarino y la decepción para Estudiantes, que aprendió que suma de nombres no es sinónimo de contar con un buen equipo. Eso se logra con trabajo y tiempo.
Texto y foto www.tycsports.com

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