Un vibrante encuentro regalaron Gimnasia y Huracán en La Plata. Sobre todo, animaron un primer tiempo repleto de llegadas de ambos bandos, reflejo de la ambición por llevarse el partido, y con los palos como protagonistas. Como el complemento no contó con tanto vértigo, la sensación fue que el que hacía el gol, ganaba. Y lo logró el local.
Del lado del Lobo, Sebastián Romero fue el primero en estrellar un remate en el palo, mientras que Franco Niell disparó tras una contra y el balón dio en el travesaño. Como contrapartida, Germán Castillo cabeceó apenas afuera, Paolo Goltz al poste tras un desvío en Gastón Sessa y Rubén Maldonado debió sacar dos pelotas en la línea.
La segunda mitad, si bien contó con menos ritmo, mostró una superioridad de lado del conjunto de Guillermo Sanguinetti. El Tripero nunca se olvidó del arco contrario, aunque padeció su propia ineficacia enla red: se lo perdieron Mariano Messera (Alejandro Limia controló en dos tiempos), y Esteban González e Ignacio Piatti también se toparon con el arquero. Sólo Ariel Colzera respondió para los de Claudio Ubeda, pero su remate se fue alto.
Pero a los 41, y no sin sorpresa, todo cambió. El ingresado Juan Cuevas ejecutó un córner desde la izquierda, Carlos Arano pifió feo y otro producto del banco, Diego Alonso, cabeceó a la red. Ya no habría tiempo para más. La euforia, por ser postrera, fue aún mayor en favor del necesitado Gimnasia, que sin embargo sabe que aún le resta un largo y duro camino para eludir los fantasmas del descenso
Texto y foto http://www.tycsports.com/
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