La selección argentina de básquetbol superó por 87-75 a Lituania y se quedó en la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. De esta manera, la Generación Dorada le entregó al país su sexta y última presea en China, además de sumar su segunda personal tras el oro en Atenas 2004. Aún sin la presencia de Emanuel Ginóbili y con varios jugadores con molestias, el equipo nacional apeló a su sello histórico para obtener una victoria nítida.
Se sabía que el encuentro no dejaba margen para la especulación ni para limitar el esfuerzo. El bronce estaba en juego y ambos compartieron la premisa de atacar constantemente. El juego interior argentino se impuso desde el inicio de la mano de un fenomenal Luis Scola (goleador del periodo con 10 puntos) y un laborioso Fabricio Oberto. El marcador se mantuvo cerrado hasta que apareció Andrés Nocioni sobre el final y en un minuto clavó un doble y un triple que le permitió al conjunto nacional obtener una diferencia de tres puntos que supo sostener.
En el banco de suplentes, Sergio Hernández halló las herramientas para asentar la hegemonía. Los ingresos del entonado Paolo Quinteros (clavó tres triples consecutivos) y Leonardo Gutiérrez (hizo dos) resultaron una acertada jugada táctica. Además, el circuito defensivo se mantuvo firme y a Lituania se le obstaculizaron los caminos hacia el aro.
Segura de sí misma y con un hambre de medalla arrasador, Argentina le clavó varios estiletazos mortales a Lituania en el tercer cuarto. El retorno de Scola se sumó al gran labor de Carlos Delfino en los postes y a la asfixiante defensa del Chapu. Precisamente, Nocioni fue el que más aprovechó la serie de pérdidas que sufrieron los europeos en pocos minutos. La máxima ventaja llegó a los 24 puntos y el bronce empezaba a lustrarse.
El trabajo ya estaba realizado, sólo restaba soportar la reacción de un rival poderoso, verdugo en la primera fase. Rimantas Kaukenas y Ramunas Siskauskas se encendieron y vendieron cara la derrota. En tanto, Argentina mantuvo su orden y redobló el esfuerzo para asegurarse una conquista merecida. El santafesino Delfino terminó como goleador del duelo al marcar 20 puntos (4/8 en dobles, 3/8 en tiples y 3/4 en libres, 10 rebotes y 3 asistencias). El final llegó y la alegría albiceleste se esparció por todo el gimnasio chino, escenario de una nueva gesta de un grupo de jugadores que la historia grande ya conoce desde hace seis años.
Texto y foto www.tycsports.com
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