Con la clasificación asegurada y sin Messi, Riquelme y Agüero, la Selección Argentina le ganó 2-0 a su par de Serbia y el próximo sábado, desde las 10 (hora de nuestro país), se medirá con Holanda por los cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Beijing. El combinado que conduce Sergio Batista llega a la próxima instancia tras adjudicarse el Grupo A con puntaje ideal, pero todavía no ofreció su mejor versión.
Argentina sumó su novena victoria al hilo en Juegos Olímpicos y quebró la marca que compartía con Uruguay y Hungría. La última derrota fue en la final de Atlanta 1996 contra Nigeria por 3-2. También posee el récord olímpico de valla invicta ya que acumula 593 minutos (el anterior era de 552 y lo tenía España) sin recibir goles.
A diferencia de lo que le había sucedido contra Costa de Marfil y Australia, el conjunto nacional encontró el gol en los primeros minutos de juego y eso le permitió tranquilizarse, tomar confianza con la pelota y encarar el partido de otra manera. Además, el rival ayudó porque se defendió mal y mostró poco interés en atacar, sobre todo en la primera parte.
Lavezzi arrancó encendido y complicó a todo el fondo serbio con su velocidad. En menos de diez minutos quedó dos veces mano a mano con el arquero Stojkovic y a los 12 cambió por gol un penal que le cometieron a Di María. El Pocho remató bajo y fuerte al palo derecho y aunque el uno fue hacia ese poste no pudo evitar la conquista.
También comenzó bien Gago, aunque luego se diluyó, mientras que a Di María, Sosa y Buonanotte les costó entrar en ritmo. La apertura del marcador relajó al equipo argentino, que a partir del tanto de Lavezzi comenzó a lateralizar el juego y buscó asegurar, a veces en exceso, el traslado de la pelota. Y dejó agrandar a Serbia, que se adelantó unos metros y tuvo un par de chances, que fueron interceptadas por Romero.
En los primeros minutos del complemento se vio lo peor de Argentina, que en su afán de hacer circular el balón para que pasara el tiempo se ganó el repudio del público local. Mientras, Serbia jugó en serio y pudo haber empatado, pero Romero se lució en tres intervenciones y mantuvo el cero.
Hubo que esperar al ingreso de Lautaro Acosta para que el encuentro se encendiera nuevamente. El Laucha entró a los 27 minutos y aportó explosión en los últimos metros. Ni bien ingreso, tuvo un mano a mano que no pudo definir bien y al rato lo bajaron en el área. Como ya no estaba Lavezzi en cancha, Di María se hizo cargo de la ejecución y falló en dos oportunidades (el primero fue invalidado porque el arquero se adelantó).
El toque distintivo lo puso Buonanotte, quien a los 38 minutos remató un precioso tiro libre y clavó la pelota al lado del palo izquierdo. El golazo del Enano enamoró nuevamente a los aficionados, que se fueron felices del estadio pese a no haber visto en acción a Messi, la figura mediática de los Juegos Olímpicos de Beijing. Se viene Holanda y arranca una nueva historia.
Texto y foto www.tycsports.com
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