El volante entró en el segundo tiempo, cuando su equipo perdía ante 2-0 y jugaba mal, y marcó un doblete en cinco minutos. Los tantos del Bicho fueron de Gabriel Hauche y Nicolás Gianni.Boca llegó al comienzo del Apertura con la necesidad de disipar las dudas que había dejado en el segundo tiempo ante Vélez, por la Copa Sudamericana. Argentinos, por su parte, tenía el sueño y la obligación de recuperar la memoria tras el pasado torneo, en el que terminó último. Fue 2-2, un resultado que no conformó a ninguno de los dos: al Bicho porque sintió que se le escapó tras ir arriba 2-0 en el marcador; al Xeneize, porque todavía no logró ganar en la temporada.
Los de Basile saltaron a la cancha desordenados, pero con el correr del tiempo se acomodaron y comenzaron a inquietar a Torrico con el juego aéreo: cada pelota que caía en el área era ganada por los jugadores locales. Sin embargo, el que terminó festejando con los cabezazos fue el conjunto de La Paternal. Y lo hizo gracias a la connivencia de los defensores de Boca: Gabriel Hauche –de 1.68 metros- ganó entre Paletta y Morel y abrió el marcador; luego, Gianni anticipó a Ibarra en la última jugada del primer tiempo para marcar el 2-0.
Argentinos, parado con una línea de tres defensores y con un mediocampo superpoblado, se las ingenió para aguantar los ataques de Boca durante la primera etapa. En ataque, Gabriel Hauche fue el más activo, aunque el equipo prácticamente no generó situaciones de riesgo. En el Xeneize nunca entró en sintonía Nicolás Gaitán, muy perdido y sin generar sociedades con sus compañeros. Y el equipo extrañó demasiado a Riquelme.
Pero en el entretiempo Basile movió las piezas y acertó: mandó a la cancha a Rosada y Marino por Medel y Gaitán, respectivamente. Y Marino respondió con creces: al primer minuto marcó de cabeza tras un córner, y a los seis sorprendió a Torrico con un derechazo desde afuera del área que no encontró demasiada resistencia en el arquero.
Entonces las cosas cambiaron. La presión de La Bombonera comenzó a sentirse, los nervios en los jugadores del Bicho crecieron y Boca se envalentonó en busca de la victoria. Entonces Mouche, quien no había tenido muchas intervenciones, rompió el travesaño con un potente zurdazo. Pero los de Borghi lograron pasar la turbulencia, los de Basile perdieron energías y volvieron a ser los mismos del primer tiempo. El Xeneize, así, concretó su segundo empate consecutivo como local y, aunque demostró momentos de buen juego, todos –y especialmente el Coco- saben que Boca es Deportivo Ganar .
Texto y foto www.tycsports.com
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