El elenco de Gareca manejó la pelota durante todo el partido y generó las mejores chances, pero el Xeneize acertó la única que tuvo con Silva y se llevó tres puntos clave en su lucha por ingresar a la Copa Libertadores. El Fortín sigue arriba en soledad, pero mañana lo podría alcanzar Lanús.
Vélez lo quiso ganar, pero lo perdió. Boca buscó poco, encontró un gol tras un rebote, se dedicó a cuidarlo y finalmente se llevó un premio demasiado grande de Liniers. Fue eficaz, porque metió la única que tuvo, y luego se defendió con mucha gente ante un rival que lo presionó bien arriba y que tuvo un par de posibilidades clarísimas. Fue 1-0 para los de Falcioni. Mucho para uno, poco para el otro. Y un torneo Inicial que quedó picante.
El conjunto de Liniers comenzó un poco mejor, con intensidad para anticipar en el centro del campo, con buena movilidad en el ataque, concentrado en la marca y confiado en el mano a mano. Cabral se hizo rápidamente eje e Insúa tomó las riendas con precisión, mientras que Ferreyra y Pratto complicaron con sus salidas del área.
A partir de estas columnas, el Fortín se hizo dueño del balón y del campo y comenzó a acercarse con riesgo sobre el arco de Orión. A los 11, Pratto disparó cruzado y Ferreyra no llegó para empujarla; a los 16, Tobio cabeceó absolutamente solo en el área y el arquero xeneize controló sin problemas; y a los 17, el ex Banfield estuvo muy cerca con un zurdazo a colocar.
El elenco de Gareca daba la sensación de un equipo mejor organizado, dispuesto a jugar siempre con la bola al piso y a evitar pelotazos sin sentido. Boca, por el contrario, apostaba por un pelotazo largo y, sobre todo, por la potencia de Silva para sacar al equipo del fondo y al mismo tiempo para preocupar a una defensa cómoda para cortar pero a veces incómoda para salir jugando.
Pero Vélez se fue quedando con el correr de los minutos y la visita, con realmente poco, se animó a adelantarse unos metros. Paredes pasó inadvertido al igual de Guillermo Fernández, aunque este último entró un poco más en juego. Acosta chocó más de lo que desniveló y el arma fundamental fue Silva, siempre dispuesto a luchar. El Tanque pivoteó y empujó como nadie en el primer tiempo.
Entre tantos silbidos por su pasado velezano, Silva tuvo su revancha a los 30, aunque prefirió no gritarlo y así, aunque parezca inverosímil, cortó con esos reproches. El local no logró despejar un centro rasante que llegó desde la izquierda y el uruguayo, de frente para esperar un rebote, lo encontró cerca del área chica y la clavó abajo ante un Sosa que nada pudo hacer.
El gol afectó el funcionamiento de Vélez, que dejó de ser claro, y levantó a nivel de Boca, que terminó mejor pese a todas sus limitaciones desde la creación. Sin embargo, en la segunda parte le regaló el balón a su rival de punta a punta y eligió defenderse en su campo, donde se siente más cómodo. Y el Fortín fue y fue, creó ocasiones y no las pudo aprovechar.
Bella, quien en la primera parte no había ganado nunca, desbordó un par de veces pero dejó el campo por Allione, quien tampoco le ganó el duelo a Clemente Rodríguez. En el complemento, Vélez empujó desde las ganas y desde su toqueteo y el Xeneize se sintió cómodo durante gran parte. Pese a no brillar, el Fortín igual mereció al menos el empate.
A los 5 minutos, Pratto cabeceó solo en el área y la pelota se estrelló en el poste cuando Orión estaba vencido. El dueño de casa volvió a llegar con riesgo recién a los 31: Peruzzi recibió dentro del área y su remate se perdió por arriba. Y a los 36 y a los 42, la más clara del partido: en la primera, Rescaldani disparó y Ferreyra, tras el rebote de Orión, lo erró abajo del arco; en la segunda, el ex Banfield le pegó de una frente al arquero y también falló.
El conjunto de Liniers comenzó un poco mejor, con intensidad para anticipar en el centro del campo, con buena movilidad en el ataque, concentrado en la marca y confiado en el mano a mano. Cabral se hizo rápidamente eje e Insúa tomó las riendas con precisión, mientras que Ferreyra y Pratto complicaron con sus salidas del área.
A partir de estas columnas, el Fortín se hizo dueño del balón y del campo y comenzó a acercarse con riesgo sobre el arco de Orión. A los 11, Pratto disparó cruzado y Ferreyra no llegó para empujarla; a los 16, Tobio cabeceó absolutamente solo en el área y el arquero xeneize controló sin problemas; y a los 17, el ex Banfield estuvo muy cerca con un zurdazo a colocar.
El elenco de Gareca daba la sensación de un equipo mejor organizado, dispuesto a jugar siempre con la bola al piso y a evitar pelotazos sin sentido. Boca, por el contrario, apostaba por un pelotazo largo y, sobre todo, por la potencia de Silva para sacar al equipo del fondo y al mismo tiempo para preocupar a una defensa cómoda para cortar pero a veces incómoda para salir jugando.
Pero Vélez se fue quedando con el correr de los minutos y la visita, con realmente poco, se animó a adelantarse unos metros. Paredes pasó inadvertido al igual de Guillermo Fernández, aunque este último entró un poco más en juego. Acosta chocó más de lo que desniveló y el arma fundamental fue Silva, siempre dispuesto a luchar. El Tanque pivoteó y empujó como nadie en el primer tiempo.
Entre tantos silbidos por su pasado velezano, Silva tuvo su revancha a los 30, aunque prefirió no gritarlo y así, aunque parezca inverosímil, cortó con esos reproches. El local no logró despejar un centro rasante que llegó desde la izquierda y el uruguayo, de frente para esperar un rebote, lo encontró cerca del área chica y la clavó abajo ante un Sosa que nada pudo hacer.
El gol afectó el funcionamiento de Vélez, que dejó de ser claro, y levantó a nivel de Boca, que terminó mejor pese a todas sus limitaciones desde la creación. Sin embargo, en la segunda parte le regaló el balón a su rival de punta a punta y eligió defenderse en su campo, donde se siente más cómodo. Y el Fortín fue y fue, creó ocasiones y no las pudo aprovechar.
Bella, quien en la primera parte no había ganado nunca, desbordó un par de veces pero dejó el campo por Allione, quien tampoco le ganó el duelo a Clemente Rodríguez. En el complemento, Vélez empujó desde las ganas y desde su toqueteo y el Xeneize se sintió cómodo durante gran parte. Pese a no brillar, el Fortín igual mereció al menos el empate.
A los 5 minutos, Pratto cabeceó solo en el área y la pelota se estrelló en el poste cuando Orión estaba vencido. El dueño de casa volvió a llegar con riesgo recién a los 31: Peruzzi recibió dentro del área y su remate se perdió por arriba. Y a los 36 y a los 42, la más clara del partido: en la primera, Rescaldani disparó y Ferreyra, tras el rebote de Orión, lo erró abajo del arco; en la segunda, el ex Banfield le pegó de una frente al arquero y también falló.
Texto y foto www.tycsports.com
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