Con tantos de Echeverría, Botta (terminó expulsado), Santander y Donatti, el Matador derrotó a los paraguayos -que descontaron a través de Salcedo y Fabbro-, dio vuelta el 1-0 de la ida, se metió en semifinales de la Sudamericana y logró el pase a la Libertadores.
En un encuentro muy difícil y lleno de alicientes, Tigre venció por 4-2 a Cerro Porteño en Victoria, dio vuelta el 1-0 que sufriera en la ida en Asunción y se metió en las semifinales de la Copa Sudamericana, además de lograr el pase a la Libertadores 2013 por convertirse en el mejor equipo argentino de este certamen.
El equipo de Néstor Gorosito sacó provecho, en el marco de un desarrollo parejo y entretenido, de su mayor efectividad en los metros finales. Con un Lucas Orban imparable por la izquierda y como lanzador, más el aporte de Rubén Botta y Federico Santander, el local supo ser más práctico que los embates de Jonathan Fabbro, Santiago Salcedo y las pinceladas de Roberto Nanni.
Al principio, Santander avisó desde afuera y sin puntería,. Fabbro respondió con la misma fórmula y Ezequiel Maggiolo le dio trabajo de cabeza a Diego Barreto. Hasta que, a los 18 minutos, Gastón Díaz mandó un tiro libre pasado desde la derecha y Mariano Echeverría cabeceó cruzado para el primero.
El tanto caldeó los ánimos de los de Jorge Fossati, que se adelantaron con peligrosidad. Javier García tapó un cabezazo de Nanni, Fabbro no pudo dos veces desde afuera, Mariano Uglessich se lo perdió por la derecha y Salcedo con un cabezazo de pique. El asedio sólo se interrumpió con un mano a mano de Botta desviado.
Pero a los 46, otra vez no perdonó el anfitrión. En una contra furibunda, Botta apareció por la izquierda y definió con clase al segundo palo para ampliar diferencias.
Apenas iniciado el complemento, la acción se retrasó por un corte de luz que duró 23 minutos. En la reanudación, Fabbro pegó un tiro de media distancia en el travesaño, pero en la jugada siguiente Botta mandó otro centro desde la izquierda y esta vez fue Santander quien puso la cabeza para el tercero. Tanta contundencia abultaba el triunfo de Tigre mucho más que por lo visto en el campo de juego.
Pero la visita no se rindió, Salcedo volvió a amenazar con un disparo desde lejos y, a los 16, Fabbro envió un centro desde la izquierda que Salcedo cabeceó para hacer estéril el desvío de García. Y a los 28, el mismo Fabbro ejecutó un tiro libre exquisito al ángulo izquierdo de García que le daba el pase a Cerro. Pero...
Un minuto más tarde, Alejandro Donatti capitalizó un balón que había había hecho pegar de cabeza en el horizontal y lo empujó para devolverle el aliento al público local. El tanto, por fin, echó por tierra el inclaudicable espíritu guaraní, y el dueño de casa, pese a sufrir la expulsión de Botta a los 37, pudo respirar más tranquilo hasta el último pitazo.
En los primeros minutos del viernes, así, Tigre escribía una nueva y feliz página de su historia. En su horizonte en el certamen aparece Millonarios (en el caso de que supere a Gremio, que lo venció por 1-0 en la ida en Brasil) o Universidad Católica (si pasa Gremio y debe eliminarse sí o sí con San Pablo para evitar una final brasileña).
Texto y foto www.tycsports.com
El equipo de Néstor Gorosito sacó provecho, en el marco de un desarrollo parejo y entretenido, de su mayor efectividad en los metros finales. Con un Lucas Orban imparable por la izquierda y como lanzador, más el aporte de Rubén Botta y Federico Santander, el local supo ser más práctico que los embates de Jonathan Fabbro, Santiago Salcedo y las pinceladas de Roberto Nanni.
Al principio, Santander avisó desde afuera y sin puntería,. Fabbro respondió con la misma fórmula y Ezequiel Maggiolo le dio trabajo de cabeza a Diego Barreto. Hasta que, a los 18 minutos, Gastón Díaz mandó un tiro libre pasado desde la derecha y Mariano Echeverría cabeceó cruzado para el primero.
El tanto caldeó los ánimos de los de Jorge Fossati, que se adelantaron con peligrosidad. Javier García tapó un cabezazo de Nanni, Fabbro no pudo dos veces desde afuera, Mariano Uglessich se lo perdió por la derecha y Salcedo con un cabezazo de pique. El asedio sólo se interrumpió con un mano a mano de Botta desviado.
Pero a los 46, otra vez no perdonó el anfitrión. En una contra furibunda, Botta apareció por la izquierda y definió con clase al segundo palo para ampliar diferencias.
Apenas iniciado el complemento, la acción se retrasó por un corte de luz que duró 23 minutos. En la reanudación, Fabbro pegó un tiro de media distancia en el travesaño, pero en la jugada siguiente Botta mandó otro centro desde la izquierda y esta vez fue Santander quien puso la cabeza para el tercero. Tanta contundencia abultaba el triunfo de Tigre mucho más que por lo visto en el campo de juego.
Pero la visita no se rindió, Salcedo volvió a amenazar con un disparo desde lejos y, a los 16, Fabbro envió un centro desde la izquierda que Salcedo cabeceó para hacer estéril el desvío de García. Y a los 28, el mismo Fabbro ejecutó un tiro libre exquisito al ángulo izquierdo de García que le daba el pase a Cerro. Pero...
Un minuto más tarde, Alejandro Donatti capitalizó un balón que había había hecho pegar de cabeza en el horizontal y lo empujó para devolverle el aliento al público local. El tanto, por fin, echó por tierra el inclaudicable espíritu guaraní, y el dueño de casa, pese a sufrir la expulsión de Botta a los 37, pudo respirar más tranquilo hasta el último pitazo.
En los primeros minutos del viernes, así, Tigre escribía una nueva y feliz página de su historia. En su horizonte en el certamen aparece Millonarios (en el caso de que supere a Gremio, que lo venció por 1-0 en la ida en Brasil) o Universidad Católica (si pasa Gremio y debe eliminarse sí o sí con San Pablo para evitar una final brasileña).
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