Empataron en un partido mal jugado y que expuso el mal presente por el que atraviesan ambos. Palermo llegó a ocho partidos consecutivos sin convertir, su máxima sequía con la azul y oro.Boca y Huracán llegaban mal y demostraron por qué en el Ducó. Es que en un duelo entre alicaídos, ninguno pudo levantar la cabeza y culminó en un apático empate que sólo profundiza los problemas de ambos.
Claro está, Boca fue el que intentó hacerse cargo del partido. Contó con Gaitán, quien estaba en duda por una molestia, que evidentemente le impidió gravitar en el encuentro. No le salían las cosas a los de Basile, que además tenían que lidiar con los múltiples volantes dispuestos por Huracán.
El local, intentó liberar más a Bolatti y asociarlo con Rodrigo Díaz y se le dio en un par de veces, que fueron las únicas aproximaciones del Globo ante Abbondanzieri. Obviamente, la carencia de definidores volvió a quedar expuesta en el local y el cero persistió.
Ese toque final a la red que tanto cultivó Palermo y que hoy le es esquivo. Desde que el goleador se quejó que la pelota no le llegaba, sus compañeros empezaron a buscarlo pero a puro pelotazo. Así, a los empujones en el área intentó siempre, pero no pudo y llegó a su sequía máxima con la camiseta xeneize. Desde la fecha 10, en el empate con River, que Palermo no convierte.
Para el final se esperaba que los dos se suelten, pero no eso pudieron y, a pesar de algunos intentos esporádicos (lo tuvo Gaitán de lejos y Pratto, tras un error de Monzón) la virginidad de las vallas nunca se vio en peligro. Punto por lado y problemas también.
Texto www.tycsports.com
Foto www.ole.clarin.com
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