Con sus armas de siempre pero con la fe renovada, Gimnasia La Plata volvió a dar una muestra de que está firme en su lucha por permanecer en la categoría y que aquel empate ante Racing marcó el comienzo de un cambio que se ratifica fecha a fecha. Hoy, en un partido importante en la pelea de abajo, venció claramente a Chacarita 2-0 y salió por primera vez en el torneo de la zona de Promoción.
Bastó con un primer pantallazo del partido para notar la diferencia entre este Lobo que crece día a día y el nuevo equipo de Gamboa que aún busca su nueva identidad. Porque el local de entrada tuvo en claro cuál era su juego y rápidamente sometió al Funebrero, al que obligó a dejar a sus delanteros aislados, símil al modelo que se veía con Zielinski.
Es que la presencia de Sebastián Sciorilli estuvo lejos de ser suficiente para la generación de juego, como sí había sucedido ante Arsenal. Además, Federico Vismara no pudo hacerse dueño del medio porque perdió esa batalla a manos de Fabián Rinaudo y Teté González (sufrió una entorsis en su rodilla derecha y le harán estudios para descartar una lesión mayor).
Así, la idea de Madelón se plasmó claramente en la cancha cuando al constante desequilibrio que aporta Juan Cuevas, por fin titular, se le sumó la subida por las bandas de Álvaro Ormeño y Lucas Castro por un lado, y Sebastián Romero y Luciano Aued por el otro. Todo esto con Denis Stracqualursi como faro. El grandote se cansó de ganar de arriba pero sigue sin poder encontrar el gol.
No llegó a ser un vendaval, pero el Lobo mostró una clara supremacía sobre Chacarita y por eso, cuando se moría el primer tiempo, no fue sorprendente que se pusiera en ventaja. Castro desequilibró por derecha y, como en toda la tarde, buscó a Stracqualursi, quien no llegó a empujarla en el primer palo. La pelota siguió mansita hasta encontrar el pie de Cuevas y terminar reposando en el fondo del arco de Nicolás Tauber.
Chacarita no encontraba los caminos y los de Madelón seguían inquietando ganando cuanto centro cayera en el área funebrera. En esa tónica, el ingresado Lucas Landa cabeceó a la salida de un córner y puso el 2-0. Festejo alocado en La Plata y sensación concreta de estar encaminándose a una nueva victoria.
Desde entonces, el Lobo se limitó a acentuar la prolijidad en la circulación de la pelota y trató de no defenderse demasiado cerca de Sessa. Y se puede decir que, en parte, lo logró. Por eso Chacarita, sin ideas pero con orgullo, trató de descontar con pelotazos y arrestos individuales. Dio un claro paso atrás en el cambio que pareció comenzar de la mano de la llegada de Gamboa y dejó preocupados a sus hinchas, que se acercaron masivamente a La Plata.
El Lobo terminó festejando hasta el hartazgo un inobjetable triunfo que le permite soñar con permanecer en la categoría sin tener que pasar nuevamente por la Promoción. Hoy, no sólo los números, sino también un plantel avalan esa ilusión. El Funebrero volvió a mostrar su peor imagen y quedó hundido en el fondo de la tabla de promedios.
Texto y foto www.tycsports.com
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