Con extrema contundencia, eficacia y aprovechando la tibieza del rival, Boca goleó a Chacarita en la Bombonera por 3-0 y, aunque no se lució en demasía, consiguió el triunfo que necesitaba para despejar dudas y mantenerse bien cerca de la pelea por el Torneo Apertura.
Ya desde el inicio, y aún sin apariciones de un Juan Román Riquelme que se iría tempranamente con una molestia en su pie derecho, el conjunto de Alfio Basile dominó en el mediocampo y contó con buen juego en los tres cuartos de cancha, además de sorprender con las subidas por derecha de Gary Medel.
En los primeros minutos, Sebastián Cejas se esforzó al sacarle una pelota de la cabeza a Martín Palermo y tapar con el pie un peligroso disparo de Sebastián Battaglia. En ese tramo, la hegemonía sólo se quebró cuando Martín Alustiza, que debía bajar para conseguir la pelota ante la falta de variantes de su equipo, sacó un tiro rasante desde las puertas del área que pasó muy cerca del palo izquierdo de Roberto Abbondanzieri.
Y a los 17 llegó lo anunciado. Apareció Medel en ataque, desbordó y habilitó a Federico Insúa, quien se acomodó y definió al primer palo para la primera emoción de la calurosa tarde. Después Boca contró el trámite sin inconvenientes, sin generar mayor peligro pero confiado en que sus individualidades pesarían a la hora de estirar diferencias.
Así, a los 40, una gran combinación entre el reemplazante de Román, Cristian Chávez, e Insúa tras una mala salida funebrera, dejó a Nicolás Gaitán por la derecha en posición de gol para definir al segundo.
El complemento arrancó con un Chacarita más adelantado pero con la carencia de ideas de siempre. Apenas amenazó con un tiro libre de Alustiza que pasó cerca y una aparición de Diego Morales por izquierda que derivó en un tiro muy desviado pero que pasó por delante del arco.
Sin embargo, el local encontró enseguida el momento de golpear de nuevo y asestarle el tiro de gracia a los de Fernando Gamboa. A los ocho, un pelotazo frontal que tomó mal parada a la defensa visitante derivó en un pase profundo de Palermo para Chávez y un centro rasante de éste que Battaglia sólo tuvo que empujar por el segundo palo.
A partir de entonces, todo el suspenso desapareció de La Boca. El Xeneize se relajó ante un rival sin respuestas y encontró el momento para mostrar su mejor cara, con todos sus protagonistas atentos y cumplidores, sobre todo en el medio. Al son de los festejos de su hinchada, pudieron haber aumentado con intentos lejanos Insúa y Battaglia, pero sus remates se fueron altos.
El final llegó así sumido en la fiesta local y la desazón de una visita urgida cuya ilusión duró muy poco ante un Boca inspirado. Un Boca que, además, se resiste a quedar relegado de la lucha por el Apertura. Y que se ubica a cinco puntos de la cima.
Texto y foto www.tycsports.com
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