San Lorenzo no jugó bien. Estuvo casi todo el partido con un hombre más por la expulsión de Erwin Avalos cuando recién se había disputado un cuarto de hora y no logró marcar ninguna diferencia. Sin embargo, casi sin buscarlo, el Ciclón consiguió una victoria ante la Academia gracias a un cabezazo de Bergessio, quien volvió a golpear a un Racing con más fútbol que en las presentaciones anteriores pero con la misma (mala) suerte. En el primer tiempo, los dirigidos por Micó fueron quienes controlaron la pelota, aunque sin profundidad. Se notó la ausencia de Sava y, ya con diez hombres, Manicero quedó sin compañía en el ataque. Por su parte, San Lorenzo se mostró muy estático y no transmitió seguridad en ninguna de sus líneas, y si mantuvo el arco en cero fue porque Orión, la figura de la tarde, tapó todo lo que le tiraron los rivales.
En el complemento el Ciclón se adelantó varios metros en el campo y se emparejó el desarrollo del encuentro. Sólo en los minutos iniciales San Lorenzo logró imponer su juego: se habría puesto en ventaja si no fuera por la espectacular reacción de Hilario Navarro y por la mala puntería de Hirsig, quien desperdició un rebote en el borde del área chica con el arquero en el piso.
A los 26 minutos llegó el único tanto del partido. Un centro cruzado encontró mal ubicada a la defensa local y Bergessio anotó con un cabezazo al segundo palo. Después del gol, San Lorenzo tuvo una más y Romeo casi sentencia el resultado con una palomita que se estrelló en el travesaño. Micó apeló a las variantes y metió en el campo a Maxi Estévez y a Navia (desperdició un mano a mano ante Orión, que le achicó muy bien el arco), pero el aire fresco de los suplentes no alcanzó para torcer la historia y darle una bocanada de aire fresco a Racing, que se hunde y no puede respirar.
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