En la madrugada del 24 de marzo de 1976, María Estela Martínez de Perón (más conocida como "Isabelita") fue derrocada por una Junta de Comandantes de las tres Fuerzas Armadas compuesta por Jorge Rafael Videla (Ejército), Eduardo Emilio Massera (Armada) y Orlando Ramón Agosti (Aeronáutica). Era el quinto Golpe Militar que sufría la Argentina desde el realizado por José Félix Uriburu en 1930. Esa noche, Isabel abandonó la Casa de Gobierno en el helicóptero presidencial y fue llevada detenida hasta la residencia "El Messidor" en la provincia de Neuquén. Allí empezó el denominado "Proceso de Reorganización Nacional". Se interrumpieron las libertades públicas, fueron disueltos el Congreso, la Corte Suprema de Justicia y los partidos políticos, quedó sin efecto la Constitución Nacional, se dispuso el estado de sitio, se intervinieron los medios de comunicación y se reglamentó la pena de muerte. Quedaba legalizado el sistema represivo y constituido el terrorismo de Estado. Las fuerzas del mal quedaban al mando del país.
Antecedentes
Al morir Juan Domingo Perón el 1° de julio de 1974, la sucesión presidencial quedó en manos de su esposa, en su carácter de vicepresidenta electa. En 1973 Perón comenzaba su segunda presidencia después de haber permanecido en el exilio desde su derrocamiento en manos de militares opositores apoyados por sectores de la Iglesia Católica, el partido Radical, las oligarquías nacionales y los Estados Unidos, en septiembre de 1955. Durante el desafortunado gobierno de "Isabelita" que comienza con la muerte de Perón, el país fue presa de la violencia de la "Triple A" (Alianza Anticomunista Argentina), organización parapolicial de extrema derecha comandada por el ministro de Bienestar Social y agente de la CIA, José López Rega. La "Triple A" fue responsable de los asesinatos y las desapariciones de cerca de mil dirigentes y militantes de la izquierda del peronismo, la organización Montoneros, el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y la CGT (Confederación General del Trabajo), entre otros.En el transcurso de 1975, Isabel Perón solicitó licencia varias veces por razones de salud, siendo reemplazada por el Dr. Italo Argentino Luder, Presidente del Senado, quien firmó en el mes de octubre el decreto que permitía que las Fuerzas Armadas iniciaran el combate contra la subversión con el "Operativo Independencia" en los montes de Tucumán, donde se desató una represión indiscriminada contra las fuerzas guerrilleras del ERP. Los términos en los que estaba redactado el decreto, en el que se pedía "aniquilar la subversión" fueron utilizados más tarde como justificación de las atrocidades cometidas durante la Dictadura Militar. Meses después del Golpe de Estado, el general Reynaldo Bignone afirmaba que: "La lucha se planteó hasta el aniquilamiento del enemigo. Y el aniquilamiento se logra por la persecución hasta que el enemigo no exista".
Aquel oscuro 24
La noche del 24 de marzo, los militares tomaron los canales y las radios estatales. Hubo comunicados toda la noche. El Comunicado Nº 1 decía: "Se comunica a la población que, a partir de la fecha, el país se encuentra bajo el control operacional de la Junta de Comandantes Generales de las Fuerzas Armadas. Se recomienda a todos los habitantes el estricto acatamiento a las disposiciones y directivas que emanen de autoridad militar, de seguridad o policial, así como extremar el cuidado en evitar acciones y actitudes individuales o de grupo que puedan exigir la intervención drástica del personal en operaciones".A las 10.30 de la mañana se transmitió la asunción de la Junta Militar. El General Videla se dirigió a la sociedad argentina aquel 24 de marzo afirmando que: "…A partir de este momento, la responsabilidad asumida impone el ejercicio severo de la autoridad para erradicar definitivamente los vicios que afectan al país (…)". Después, a las 13.30 hs. se transmitió en cadena nacional un partido de fútbol. Y eso no fue casualidad, sino parte de la gigantesca operatoria de toma del poder. El partido fue un triunfo de dos a uno del seleccionado argentino conducido por César Luis Menotti frente a Polonia, en una ciudad llamada Katowice. Mientras tanto las fuerzas policiales y militares estaban ocupadas en los operativos de "lucha antisubversiva" (consistida en desparecer, torturar y matar) que ya tenían en la mira a miles de personas que pensaran o enseñaran a pensar, obreros, sindicalistas, políticos, periodistas, profesores, estudiantes, psicólogos, sociólogos, filósofos, idealistas, intelectuales, artistas y todo aquel posible sospechoso, familiar, amigo, conocido o vecino de sospechoso, o cualquier otro ciudadano que se les cruzara en su camino y consideraran propicio incluir en la lista negra.
La toma del Poder
El Golpe era cantado, muchos ya sabían lo que venía. Un día antes el diario Clarín titulaba en su tapa: "Inminencia de cambios en el país". Además de cantado, el Golpe era esperado por muchos sectores nacionales e internacionales de poder, como las clases dominantes argentinas, las empresas transnacionales, la alta jerarquía de la Iglesia Católica y el gobierno de los Estados Unidos. El 25 de marzo el diario La Nación anunciaba: "La crisis ha culminado. No hay sorpresa en Ia nación ante la caída de un gobierno que estaba muerto (…). En lugar de aquella sorpresa hay una enorme expectación". Por su parte, tres días después del Golpe, el diario La Prensa publicaba un artículo titulado: "Orden, seguridad, confianza" que comenzaba diciendo: "En dos horas, sin el asomo de una sola falla, al cabo de una operación impecable, precisa, sin estridencias vanas y sin disparar un solo tiro, las Fuerzas Armadas de la Constitución pusieron término al desempeño ilegítimo del gobierno instaurado el 25 de mayo de 1973. Lo hicieron para salvar -como dice la proclama dada a conocer en la madrugada del día 24 -'un tremendo vacío de poder'…".Sin embargo, para "salvar ese vacío de poder" el gobierno militar optó por abusar del poder. En documentos secretos enviados por el entonces embajador de los Estados Unidos en Argentina, Robert Hill, al Secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, el embajador anticipaba: "cuando intensifique su lucha contra la guerrilla es casi seguro que el gobierno militar en la Argentina comenterá violaciones a los derechos humanos que generen críticas internacionales".Acorde con esto y como parte de un plan macabro, el General Jorge Rafael Videla, nombrado Presidente de facto por la Junta Militar, dijo en su discurso pronunciado el día 30 de marzo del '76: "...Es seguramente para asegurar la debida protección de los derechos naturales del hombre que asumimos el ejercicio pleno de la autoridad; no para conculcar la libertad sino para afirmarla; no para torcer la justicia, sino para imponerla. Sólo el Estado (...) habrá de monopolizar el uso de la fuerza (...). Utilizaremos esa fuerza cuantas veces haga falta para asegurar la plena vigencia de la paz social; con ese objetivo combatiremos, sin tregua, a la delincuencia subversiva en cualquiera de sus manifestaciones, hasta su total aniquilamiento".A partir del 24 de marzo de 1976, la Doctrina de la Seguridad Nacional pasó a ser el marco y el soporte ideológico del desarrollo concreto del plan represivo. Desde ese momento, se institucionalizó todo un aparato clandestino para llevar adelante la tarea de la represión, o "guerra sucia", o "comisión de delitos aberrantes", y el secuestro y la desaparición forzada de personas se convirtieron en el método de detención por excelencia.Al mismo tiempo, se implementó un plan económico basado en el liberalismo monetario. Se puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos y se dejó actuar al mercado libremente. Los resultados fueron la famosa "bicicleta financiera", un gran endeudamiento externo, las industrias quebradas y sobre el fin de la Dictadura una altísima inflación. El encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Modelo económico neoliberal y Estado terrorista fueron partes inseparables del nuevo régimen dictatorial que subió al poder. Ese fue el inicio de la aplicación de un modelo neoliberal que continuaría reforzándose con los gobiernos democráticos que se sucederían desde 1983 hasta el momento y que hoy pueden verse reflejados en la agudísima crisis política, social y económica que atraviesa la Argentina.
Texto de http://www.nuestraamerica.com/
foto de http://www.mapuche.info/
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