El Sumo Pontífice pronunció el mensaje pascual, seguido de la bendición "urbi et orbi", desde la Basílica de San Pedro en el Vaticano en lugar del balcón central, por la incesante lluvia que caía en Roma. Ante miles de fieles congregados bajo una multitud de paraguas, el Papa pidió para que "la fuerza renovadora del Misterio pascual se manifieste en cada uno de nosotros, en nuestras familias, en nuestras ciudades y en nuestras naciones.
Se manifieste en todas partes del mundo". "Cómo no pensar en este momento, en particular, en algunas regiones africanas, como el Darfur y la Somalia, al atormentado Medio Oriente, y especialmente a Tierra Santa, a Irak, al Líbano, y por último en el Tíbet, regiones para las que aliento la búsqueda de soluciones que salvaguarden el bien y la paz", agregó Benedicto XVI.
Texto y foto www.telam.com.ar
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