Claro, alguien en algún momento se iba a rebelar y fue Emilio Zelaya. El delantero Canalla tomó la pelota fuera del área, levantó la cabeza y la puso por encima del arquero. Golazo, en el que Cauterucci tuvo responsabilidad. Saporiti quiso torcer el destino desde el banco y mandó a la cancha a Lujambio y Robles. Además creció el protagonismo de Matute Morales, aunque con sus limitaciones físicas a cuestas.
Igual, Central se mostraba mejor parado y la suerte le jugó a su favor en unos instantes clave. Primero, Lujambio cabeceó al gol por el segundo palo, pero Pittana, a instancias del juez de línea, cobró posición adelantada erróneamente. Inmediatamente después, Arzuaga ganó la posición en el área, pasó para Zelaya, quien definió. Allí, Olimpo salió a buscar con todo y, tras una carambola, Lujambio puso la cabeza para descontar.
El uruguayo salió furioso a gritárselo al linesman, quien llamó a Pittana y le mostró la roja por un supuesto insulto. Se puede afirmar que Lujambio acercó y alejó a su equipo en una misma acción. De todos modos los locales tuvieron el empate en una jugada donde el azar hizo un guiño a Rosario. Primero Robles metió un tiro en el travesaño y luego Ulloa capturó el rebote que, manotazo de Alvarez mediante, dio en el palo.
Pasado el sofocón, Central encontró algo de tranquilidad con un Kily González que se erigió como líder e hizo circular la pelota. Además, el uruguayo Iturralde inexplicablemente pateó al estómago al chico Moya en el área y el Kily definió el pleito con el correspondiente penal. Así, el Canalla consumó su primera victoria en Bahía Blanca. Justo cuando más la necesitaba. Este será un fin de semana relajado en medio Rosario que sacará cuentas a futuro. En cambio, Olimpo sólo tiene espacio para la preocupación.
Foto y texto http://www.tycsports.com/
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